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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 3 de febrero de 2016

Audiencia General: Dios hace justicia con su misericordia


Ciudad del Vaticano, 3 de febrero 2016 (Vis).-La relación entre misericordia y justicia, a la luz de las Sagradas Escrituras, fue el tema de la catequesis del Papa Francisco en la audiencia general de este miércoles que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro y contó con la presencia de más de diez mil personas.

''La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita pero también como justicia perfecta -dijo-...Parecerían dos realidades que se contraponen, pero no es así porque la misericordia de Dios es lo que hace que se cumpla la verdadera justicia. Si pensamos en la administración legal de la justicia, vemos que quien se considera víctima de una ofensa se dirige al juez del tribunal para pedir justicia: una justicia retributiva que inflige una pena al culpable, siguiendo el principio de que a cada uno se le da lo que se merece...Pero ese camino no lleva a la verdadera justicia porque en realidad no vence al mal, solamente lo limita. En cambio, solo respondiendo al mal con el bien se le derrota completamente''.

Ese el modo de hacer justicia que propone la Biblia: la víctima se dirige al culpable para invitarlo a la conversión ayudándole a comprender lo que ha hecho mal e invitándolo a la conversión, apelando a su conciencia. ''De esa forma -explicó el Papa- reconociendo su culpa, puede abrirse al perdón que la parte ofendida le ofrece...Esa es la forma de resolver los contrastes dentro de las familias, en las relaciones entre esposos o entre padres e hijos, allí donde el ofendido ama al culpable y no quiere perder la relación que los une. Ciertamente es un camino difícil : exige que quien ha sufrido la ofensa esté dispuesto a perdonar y desee la salvación y el bien de quien le ha hecho daño. Pero así solamente puede triunfar la justicia porque si el culpable reconoce el mal que ha hecho y deja de hacerlo, el mal ya no existe y el que era injusto se vuelve justo porque ha sido perdonado y ayudado a encontrar el camino del bien''.

''Dios actúa con nosotros, pecadores, de la misma manera. Nos ofrece continuamente su perdón, nos ayuda a acogerlo y tomar conciencia de nuestro mal para poder liberarnos de él. Porque Dios no quiere nuestra condena, sino nuestra salvación. ¡Dios no quiere la condena de ninguno!... El Señor de la Misericordia quiere salvar a todos...El problema es dejarlo entrar en nuestro corazón.Todas las palabras de los profetas -recordó el Pontífice- son un llamamiento apasionado y lleno de amor que busca nuestra conversión''.

El corazón de Dios es ''un corazón de Padre que ama y quiere que todos sus hijos vivan en el bien y en la justicia y por eso vivan en plenitud y sean felices. Un corazón de Padre que va más allá de nuestro pequeño concepto de justicia para abrirnos a los horizontes inmensos de su misericordia. Un corazón de Padre que no nos trata según nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas, como dice el Salmo''.

''Y precisamente -reiteró Francisco- es un corazón de padre el que queremos encontrar en el confesionario. Quizás nos dirá algo para entender mejor el mal, pero al confesionario todos vamos a buscar a un padre que nos ayude a cambiar de vida; un padre que nos de las fuerzas para salir adelante; un padre que nos perdone en nombre de Dios. Por eso ser confesor es una responsabilidad muy grande porque ese hijo, esa hija que viene a tí, busca solamente encontrar a un padre. Y tu, sacerdote, que estás allí en el confesionario-concluyó- tu estás en el lugar del Padre que hace justicia con su misericordia''.


El Papa a los mexicanos : Voy a buscar a la riqueza de vuestra fe


Ciudad del Vaticano, 3 de febrero de 2016 (Vis).-El Papa Francisco comienza la semana próxima su viaje apostólico a México. Del 12 al 17 de febrero visitará Ciudad de México, Ecatepec,Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas, Morelia y Ciudad Juárez y rezará ante la Virgen de Guadalupe. Con ese motivo la agencia Notimex ha recogido una serie de breves preguntas y expresiones de espera del pueblo mexicano en 4 vídeos que han sido presentado al Santo Padre.

A su vez, el Papa ha respuesto con un vídeo que se transmite hoy en el sito de Notimex y del que reproducimos una síntesis de preguntas y respuestas. Las imágenes pueden solicitarse al Centro Televisivo Vaticano.

P. ¿A que viene a México? ¿Qué nos viene a traer a México?

Francisco .- ''Lo que más me mueve a mí es: ¿qué voy a buscar a México? Yo voy a México no como un Rey Mago cargado de cosas para llevar, mensajes, ideas, soluciones a problemas,... Yo voy a México como un peregrino, voy a buscar en el pueblo mexicano, que me den algo... voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes, voy a buscar contagiarme de esa riqueza de fe... Ustedes tienen una idiosincrasia, una manera de ser que es fruto de un camino muy largo, de una historia que se fue forjando lentamente, con dolores, con éxitos, con fracasos, con búsquedas, pero hay como un hilo conductor. Ustedes tienen mucha riqueza en el corazón y, sobre todo, ustedes no son un pueblo huérfano porque se glorían de tener Madre, y cuando un hombre, o una mujer, o un pueblo no se olvida de su Madre, te da una riqueza que vos no la podés describir, la recibís, la transmitís. Bueno, yo voy a buscar un poco todo eso en ustedes. Un pueblo que no se olvida de su Madre, esa madre mestiza, esa madre que lo forjó en la esperanza''.

P.¿Que representa para el Papa la Virgen de Guadalupe?

'Francisco.- ''Seguridad, ternura. Cuántas veces estoy con miedo de algún problema o que ha sucedido algo feo y uno no sabe como reaccionar, y le rezo, me gusta repetirme a mí mismo: ''No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?''. Son palabras de Ella: ''No tengas miedo''... Siento eso, que es Madre, que cuida, que protege, que lleva adelante un pueblo, que lleva adelante una familia, que da calor de hogar, que acaricia con ternura y que te quita el miedo..Dice mucho, es una imagen ''decidora'', la imagen de una Madre que cobija, que cuida, que está metida en su pueblo, con la tez de su pueblo. Eso es lo que siento delante de Ella. ... Lo que pediría es – pero como un favor, a ustedes- que esta vez, que va a ser la tercera que piso suelo mexicano, me dejen un ratito sólo delante de la imagen. Es el favor que les pido''.

P.- ¿Cómo nos ayudaría a afrontar esta violencia que está pasando aquí?

Francisco.-''Violencia, corrupción, guerra, niños que no pueden ir a la escuela por sus países en guerra, tráfico, fabricantes de armas que venden armas para que las guerras en el mundo puedan seguir…: más o menos éste es el clima que hoy vivimos en el mundo, y ustedes están viviendo su pedacito, su pedacito de ''guerra'' entre comillas, su pedacito de sufrimiento, de violencia, de tráfico organizado. ...Si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas... que ustedes saben que está sucediendo, se solucionen, porque el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre, y, por supuesto que yo no quiero tapar nada de eso, al contrario, exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata de personas.

''Que nos traiga un poco de paz'' - decía alguno de ustedes. La paz es algo que hay que trabajarla todos los días, es más -yo diría una palabra que parece una contradicción-, ¡la paz hay que pelearla todos los días!, hay que combatir todos los días por la paz, no por la guerra. Sembrar mansedumbre, entendimiento, sembrar paz. San Francisco rezaba: ''Señor, hacé de mí un instrumento de tu paz''. Quisiera ser en México un instrumento de paz, pero con todos ustedes. .. Y ¿cómo se amasa la paz? La paz es un trabajo artesanal, ... que se amasa con las manos, desde cómo educo yo a un chico, hasta cómo acaricio a un anciano, son todas semillas de paz... La paz nace de la ternura, la paz nace de la comprensión, la paz nace o se hace en el diálogo, no en la ruptura, y ésta es la palabra clave, el dialogo: diálogo entre los dirigentes, diálogo con el pueblo y diálogo entre todo el pueblo....No tenerle miedo a escuchar al otro, a ver qué razones tiene. Y, por favor, no entrar en ninguna, en ninguna trenza que por ganar dinero, me esclavice toda la vida en una guerra interior y me quite la libertad, porque la paz da libertad. Yo le voy a pedir a la Virgen, junto con ustedes, que les de esa paz, que la Guadalupana les regale la paz del corazón, de la familia, de la ciudad, y de todo el país''.

P. ¿Qué es lo que desearía y qué espera de nosotros?


Francisco .-''Yo voy para servir, para eso, para ser un servidor de la fe de ustedes, porque para eso me hice cura... porque sentí esa vocación... para servir a la fe del pueblo. Pero esa fe tiene que crecer y salir hacía afuera y meterse en la vida de todos los días, una fe pública. Y la fe se hace fuerte cuando es pública, sobre todo...en los momentos de crisis... Que hay una crisis de fe en el mundo, es verdad. Pero también es verdad que hay una gran bendición y un deseo.. de que la fe salga hacia afuera, que la fe sea misionera, que la fe no sea enfrascada, como en una lata de conserva. Nuestra fe no es una fe de museo y la Iglesia un museo. Nuestra fe es una fe que nace del contacto, del diálogo con Jesucristo, nuestro Salvador, con el Señor... Si la fe no sale a la calle, no sirve, y que la fe salga a la calle no significa solamente hacer una procesión. Que la fe salga a la calle significa que yo en mi lugar de trabajo, en mi familia, en las cosas que hago en la universidad, en el colegio, me muestro como cristiano.... La fe tiene que ser callejera, como Jesús. Si yo les pregunto a ustedes: ''¿En qué lugar pasó Jesús más tiempo de su vida? ¡En la calle! predicando el Evangelio, dando testimonio... Nuestra fe nos tiene que empujar a salir y no quedarnos encerrados con nuestro Jesús, y no dejarlo salir, porque Jesús sale con nosotros, si nosotros no salimos, no sale.... Renovar la fe quiere decir hacerla ''salidora'', hacerla callejera, que no le tenga miedo a los conflictos, sino que busque solucionar los conflictos familiares, escolares, sociales, económicos. La fe tiene que ser la inspiración mía a comprometerme con mí pueblo, y eso tiene sus riesgos, tiene sus peligros. Quisiera terminar robándole a la Madre sus palabras y que a través mío Ella se las diga a ustedes: ''No tengan miedo de salir, no tengas miedo hijito, hijita mía, acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre''.
Francisco clausura el Año de la Vida Consagrada
Ciudad del Vaticano, 3 de febrero 2016 (Vis).-Ayer, festividad de la Presentación de Jesús en el Templo y Jornada de la Vida Consagrada, el Santo Padre presidió a las 17,30 en la basílica vaticana la misa con ocasión del Jubileo de la Vida Consagrada y del Año a ella dedicado. Concelebraron con el Papa los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.

En el curso del rito, que se abrió con la bendición de los cirios y la procesión, Francisco pronunció una homilía de la que ofrecemos amplios extractos y en la que destacó que la gratitud, por el don del Espíritu Santo que anima siempre a la Iglesia a través de los diversos carismas, era la palabra que sintetizaba el Año de la Vida Consagrada.

''Ante nuestros ojos hay algo sencillo, humilde y grande: María y José llevan a Jesús al templo de Jerusalén. Es un niño como tantos... pero es único: es el Unigénito venido para todos. Este Niño nos trae la misericordia y la ternura de Dios: Jesús es el rostro de la Misericordia del Padre. Y éste es el icono que el Evangelio nos presenta al final del Año de la Vida Consagrada... que ahora como un rÍo, confluye ahora en el mar de la misericordia, en este inmenso misterio de amor que estamos experimentando con el Jubileo extraordinario''.

''La fiesta de hoy, sobre todo en Oriente, se llama fiesta del encuentro. En efecto, en el Evangelio hay diversos encuentros En el templo Jesús viene a nuestro encuentro y nosotros vamos a su encuentro. Contemplamos el encuentro con el viejo Simeón, que representa la espera fiel de Israel y la exultancia del corazón por el cumplimiento de las antiguas promesas. Admiramos también el encuentro con la anciana profetisa Ana..Simeón y Ana son la espera y la profecía, Jesús es la novedad y el cumplimiento: Él es la perenne sorpresa de Dios; en este Niño nacido para todos se encuentran el pasado, hecho de memoria y de promesa, y el futuro, lleno de esperanza''.

''Podemos ver aquí el inicio de la vida consagrada. Los consagrados y las consagradas están llamados, ante todo, a ser hombres y mujeres del encuentro. La vocación, de hecho, no es el resultado de un proyecto nuestro... sino de una gracia del Señor que nos alcanza, a través de un encuentro que cambia la vida. Quien verdaderamente encuentra a Jesús no puede permanecer igual que antes...Quien vive este encuentro se convierte en testimonio y hace posible el encuentro para los otros; y también se hace promotor de la cultura del encuentro, evitando la autoreferencialidad que nos hace encerrarnos en nosotros mismos''.

''Jesús, para salir a nuestro encuentro, no dudó en compartir nuestra condición humana: ...No nos salvó “desde el exterior”, no se quedó fuera de nuestro drama, sino que quiso compartir nuestra vida. Los consagrados y las consagradas están llamados a ser signo concreto y profético de esta cercanía de Dios, de éste compartir la condición de fragilidad, de pecado y de heridas del hombre de nuestro tiempo''.

''El Evangelio también nos dice que ...''su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él''.. José y María custodian el estupor por este encuentro lleno de luz y de esperanza para todos los pueblos. Y también nosotros, como cristianos y como personas consagradas, somos custodios del estupor. Un estupor que pide ser renovado siempre...¡Ay, de la costumbre en la vida espiritual! ¡Ay, de cristalizar nuestros carismas en una doctrina abstracta!: Los carismas de los fundadores no son para encerrarlos en una botella, no son piezas de museo. Nuestros fundadores fueron movidos por el Espíritu y no tuvieron miedo de ensuciarse las manos con la vida cotidiana, con los problemas de la gente, recorriendo con coraje las periferias geográficas y existenciales''.

''Por último, de la fiesta de hoy aprendemos a vivir la gratitud por el encuentro con Jesús y por el don de la vocación a la vida consagrada. Agradecer, acción de gracias: Eucaristía. Que bonito es encontrar el rostro feliz de personas consagradas, quizás ya ancianos como Simeón o Ana, felices y llenas de gratitud por la propia vocación. Esta es una palabra que puede sintetizar todo aquello que hemos vivido en este Año de la Vida Consagrada: gratitud por el don del Espíritu Santo, que anima siempre a la Iglesia a través de los diversos carismas''.

Terminada la misa en la basílica, el Papa salió a la Plaza de San Pedro para saludar a los numerosos consagrados y consagradas que no habían podido entrar en la basílica vaticana con estas palabras:

''Gracias por terminar así, todos juntos, este Año de la Vida Consagrada. Seguid adelante. Cada uno de nosotros tiene un lugar, tiene una tarea en la Iglesia. Por favor no os olvidéis de la primera vocación, de la primera llamada. Recordadlo: El Señor continúa llamándoos hoy con el mismo amor. ¡Que no disminuya la belleza y el estupor de la primera llamada! Y después seguid trabajando... Siempre hay algo que hacer. Lo principal es rezar, el meollo de la vida consagrada es la oración. Rezar. Y así envejecer, pero envejecer como el buen vino.''


''Os digo también que a mí me gusta tanto encontrar a esos religiosos, a esas religiosas ancianos, pero con los ojos brillantes porque tienen el fuego de la vida espiritual encendido. No se ha apagado ese fuego... Seguid trabajando y mirad al mañana con esperanza, pidiendo siempre al Señor que nos mande vocaciones, para que nuestra obra de consagración siga adelante. Y la memoria: no os olvidéis de la primera llamada; el trabajo de todos los días … y la esperanza de seguir adelante y de sembrar bien para que los que vengan después de nosotros reciban la herencia que les dejamos''. 

Presentado al Papa el libro: La flota pontificia en los Dardanelos, 1657


Ciudad del Vaticano, 3 de febrero de 2016 (Vis).-Esta mañana, al final de la audiencia general, el historiador Rinaldo Marmara ha presentado al Papa Francisco una copia de su libro ''La squadra Pontificia ai Dardanelli 1657 / İlk Çanakkale Zaferi 1657''. El volumen es una transcripción de los manuscritos italianos y turcos del fondo Chigi de la Biblioteca Vaticana, y un relato de la participación de la flota pontificia en la Segunda Batalla de los Dardanelos en 1657. El libro, a pesar de los dolorosos recuerdos de la historia, ilustra la importancia de la investigación académica y de la apertura de los archivos a las investigaciones históricas al servicio de la verdad y de la construcción de puentes de cooperación y entendimiento mutuo, informa un comunicado publicado hoy en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

A la luz de este hecho, se ha evidenciado y apreciado el renovado compromiso de Turquía para poner sus archivos a disposición de los historiadores e investigadores de las partes interesadas, con la intención de llegar conjuntamente a una mejor comprensión de los acontecimientos históricos, del dolor y de los sufrimientos padecidos, independientemente de la propia identidad religiosa o étnica, de todas las partes implicadas en las guerras y conflictos, incluidos los trágicos acontecimientos de 1915. Los hechos dolorosos de la historia no deben olvidarse; requieren en cambio un cuidadoso examen y una reflexión para que puedan llevar a la curación y la purificación de la memoria, tan necesaria para la reconciliación y el perdón para los individuos y de los pueblos, como afirmaba san Juan Pablo II.

La memoria del sufrimiento y del dolor, tanto del pasado lejano pasado como del más reciente, como en el caso del asesinato de Taha Carim, embajador de Turquía ante la Santa Sede, en junio de 1977, a manos de un grupo terrorista, nos exhorta a reconocer también el sufrimiento del presente y a condenar todos los actos de violencia y terrorismo, que sigue causando víctimas, todavía en nuestros días.


Particularmente odiosa y ofensiva es la violencia y el terrorismo cometido en el nombre de Dios y de la religión. Como el Papa Francisco afirmó durante su visita a la República Centroafricana: "Entre cristianos y musulmanes somos hermanos ... Juntos, digamos no al odio, no a la venganza, no a la violencia, especialmente a la que se comete en nombre de una religión o de Dios ". Que estas palabras inspiren a todas las personas de buena voluntad a recordar y afirmar su hermandad, solidaridad, compasión y humanidad compartidas y a reiterar su posición común contra toda violencia''.
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