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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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martes, 30 de diciembre de 2014

Sabiduría del corazón para reconocer en los enfermos la imagen de Dios


Ciudad del Vaticano, 30 diciembre 2014 (VIS).-El Mensaje del Santo Padre para la XXIII Jornada Mundial del Enfermo 2015 parte de una cita del libro de Job: '' Era yo los ojos del ciego, y del cojo los pies'', explicada desde la perspectiva de la ''sapientia cordis'', la sabiduría del corazón que ''no es un conocimiento teórico, abstracto o fruto de razonamientos'', como precisa Francisco, sino una ''actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios''.

La Jornada Mundial del Enfermo, instituida por san Juan Pablo II en 1992, se celebra el 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes. Publicamos a continuación el texto íntegro del Mensaje :

''Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la XXIII Jornada Mundial de Enfermo, instituida por san Juan Pablo II, me dirijo a vosotros que lleváis el peso de la enfermedad y de diferentes modos estáis unidos a la carne de Cristo sufriente; así como también a vosotros, profesionales y voluntarios en el ámbito sanitario.

El tema de este año nos invita a meditar una expresión del Libro de Job: ''Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies''. Quisiera hacerlo en la perspectiva de la sapientia cordis, la sabiduría del corazón.

Esta sabiduría no es un conocimiento teórico, abstracto, fruto de razonamientos. Antes bien, como la describe Santiago en su Carta, es ''pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía''. Por tanto, es una actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios. De manera que, hagamos nuestra la invocación del Salmo: ''¡A contar nuestros días enséñanos / para que entre la sabiduría en nuestro corazón!'' . En esta sapientia cordis, que es don de Dios, podemos resumir los frutos de la Jornada Mundial del Enfermo.

Sabiduría del corazón es servir al hermano. En el discurso de Job que contiene las palabras ''Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies'', se pone en evidencia la dimensión de servicio a los necesitados de parte de este hombre justo, que goza de cierta autoridad y tiene un puesto de relieve entre los ancianos de la ciudad. Su talla moral se manifiesta en el servicio al pobre que pide ayuda, así como también en el ocuparse del huérfano y de la viuda.

Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, y son ''ojos del ciego'' y ''del cojo los pies''. Personas que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. Este servicio, especialmente cuando se prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer. Y, sin embargo, ¡qué gran camino de santificación es éste! En esos momentos se puede contar de modo particular con la cercanía del Señor, y se es también un apoyo especial para la misión de la Iglesia.

Sabiduría del corazón es estar con el hermano. El tiempo que se pasa junto al enfermo es un tiempo santo. Es alabanza a Dios, que nos conforma a la imagen de su Hijo, el cual ''no ha venido para ser servido, sino para servir y a dar su vida como rescate por muchos''. Jesús mismo ha dicho: ''Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve''.

Pidamos con fe viva al Espíritu Santo que nos otorgue la gracia de comprender el valor del acompañamiento, con frecuencia silencioso, que nos lleva a dedicar tiempo a estas hermanas y a estos hermanos que, gracias a nuestra cercanía y a nuestro afecto, se sienten más amados y consolados. En cambio, qué gran mentira se esconde tras ciertas expresiones que insisten mucho en la ''calidad de vida'', para inducir a creer que las vidas gravemente afligidas por enfermedades no serían dignas de ser vividas.

Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro. En el fondo, detrás de esta actitud hay frecuencia una fe tibia, que ha olvidado aquella palabra del Señor, que dice: ''A mí me lo hicisteis''.

Por esto, quisiera recordar una vez más ''la absoluta prioridad de la “salida de sí hacia el otro” como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual como respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios''. De la misma naturaleza misionera de la Iglesia brotan ''la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve''.

Sabiduría del corazón es ser solidarios con el hermano sin juzgarlo. La caridad tiene necesidad de tiempo. Tiempo para curar a los enfermos y tiempo para visitarles. Tiempo para estar junto a ellos, como hicieron los amigos de Job: ''Luego se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande''. Pero los amigos de Job escondían dentro de sí un juicio negativo sobre él: pensaban que su desventura era el castigo de Dios por una culpa suya. La caridad verdadera, en cambio, es participación que no juzga, que no pretende convertir al otro; es libre de aquella falsa humildad que en el fondo busca la aprobación y se complace del bien hecho.

La experiencia de Job encuentra su respuesta auténtica sólo en la Cruz de Jesús, acto supremo de solidaridad de Dios con nosotros, totalmente gratuito, totalmente misericordioso. Y esta respuesta de amor al drama del dolor humano, especialmente del dolor inocente, permanece para siempre impregnada en el cuerpo de Cristo resucitado, en sus llagas gloriosas, que son escándalo para la fe pero también son verificación de la fe .

También cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser lugar privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente para lograr y reforzar la sapientia cordis. Se comprende así cómo Job, al final de su experiencia, dirigiéndose a Dios puede afirmar: ''Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos''. De igual modo, las personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido en la fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia el hombre no sea capaz de comprenderlo hasta el fondo.

Confío esta Jornada Mundial del Enfermo a la protección materna de María, que ha acogido en su seno y ha generado la Sabiduría encarnada, Jesucristo, nuestro Señor.
Oh María, Sede de la Sabiduría, intercede, como Madre nuestra por todos los enfermos y los que se ocupan de ellos. Haz que en el servicio al prójimo que sufre y a través de la misma experiencia del dolor, podamos acoger y hacer crecer en nosotros la verdadera sabiduría del corazón.


Acompaño esta súplica por todos vosotros con la Bendición Apostólica''.

Intenciones de oración del Papa para el mes de enero


Ciudad del Vaticano, 30 de diciembre 2014(VIS).-La intención universal del apostolado de la oración del Santo Padre para el mes de enero de 2015 es: ''Para que quienes pertenecen a tradiciones religiosas diversas y todos los hombres de buena voluntad colaboren en la promoción de la paz''.


Su intención evangelizadora es: ''Para que en este año dedicado a la vida consagrada, los religiosos y las religiosas redescubran la alegría de seguir a Cristo y se dediquen con celo al servicio de los pobres''.

Otros Actos Pontificios


Ciudad del Vaticano, 30 diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre nombró al reverendo John Saw Yaw Han como obispo auxiliar de Yangon (superficie 47.192, población 14.620.000, católicos 69.120, sacerdotes 102, religiosos 438) en Myanmar. El obispo electo nació en Yangon (Myanmar) en 1968 y fue ordenado sacerdote en 1995. Ha estudiado Filosofía y Teología. Durante su ministerio pastoral ha sido entre otros, asistente en la iglesia, de San Andrés en Nyaungdon, misionero Fidei Donum, docente de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Mandalay, Rector del Seminario menor de Bago y del Seminario mayor nacional de Yangon, cargo que desempeñaba actualmente.

Aviso


Ciudad del Vaticano, 30 diciembre 2014 (VIS).- El Vatican Information Service desea a todos sus lectores feliz Año Nuevo. El próximo boletín se transmitirá el viernes 2 de enero de 2015.


lunes, 29 de diciembre de 2014

Comienza en Pompeya la visita de Francisco a Nápoles

Ciudad del Vaticano, 29 diciembre 2014 (VIS).-Pompeya será la puerta del viaje del Papa Francisco a la región italiana de Campania. El 21 de marzo el Santo Padre comenzará su peregrinación a Nápoles partiendo del santuario dedicado a la Virgen del Rosario en Pompeya, como ha anunciado el arzobispo prelado y delegado pontificio de esa sede, Tommaso Caputo, añadiendo que la visita del Papa representa un evento de extraordinario relieve eclesial.

''La devoción tierna y filial por la Virgen que el Papa manifiesta -explica el prelado- está en las raíces del fuerte compromiso de la Iglesia de Pompeya con los más humildes y necesitados...Hoy más que nunca no ceja nuestra tarea que une estrechamente los motivos de la caridad, con las exigencias de la justicia y el respeto de la dignidad de toda persona. Además de la alegría por su venida, esperamos que el Papa Francisco nos indique el camino a seguir para estar todavía mas cerca de nuestra gente y ser más solidarios con ella''.

San Juan Pablo II también fue a Pompeya el 21 de octubre de 1979 durante su visita a Nápoles y clausuró en esa localidad el 7 de octubre de 2003 el Año del Rosario. Asimismo Benedicto XVI estuvo en Pompeya, siempre en el mes del Rosario, octubre de 2008.

Gran participación de fieles en los encuentros con el Papa Francisco de 2014

Ciudad del Vaticano, 29 diciembre 2014 (VIS).-La Prefectura de la Casa Pontificia ha hecho público un comunicado en el que señala que en el año 2014, más de 5.900.000 fieles han participado en los diversos encuentros con el Papa Francisco: audiencias generales (1.199.000) y especiales (567.100), celebraciones litúrgicas en la Basílica Vaticana y en la plaza de San Pedro (1.110.700), Ángelus y Regina Coeli (3.040.000). Estos datos se refieren solamente a los encuentros que han tenido lugar en el Vaticano, y no incluyen otros actos con gran participación de fieles, como los viajes apostólicos a la República de Corea, Turquía o Tierra Santa, y también los varios viajes en Italia o las visitas en la diócesis de Roma. El total de los fieles se estima en 5.916.800.

La Prefectura de la Casa Pontificia recuerda que se trata de datos aproximados, calculados sobre la base de las peticiones de participación en los encuentros con el Papa y de las invitaciones distribuidas por la Prefectura. Asimismo, se ha realizado una estima del número de presencias en momentos como el Ángelus y las grandes celebraciones en la Plaza de San Pedro.

Ángelus: Jesús acerca a las generaciones

Ciudad del Vaticano, 28 de diciembre 2014(VIS).-''Jesús acerca a las generaciones'', afirmó el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, comentando en el Ángelus del mediodía, el Evangelio de hoy que narra el episodio de la Presentación en el templo, cuando María y José, cuarenta días después del nacimiento de Jesús, obedeciendo a la ley mosaica lo llevan al templo de Jerusalén y allí encuentran a los ancianos Simeón y Ana.

''Podemos imaginar a esta pequeña familia, en medio de tanta gente, en los grandes patios del templo. No salta a la vista, no se distingue... Y, sin embargo -observó el Santo Padre- no pasa desapercibida. Dos ancianos, Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, se acercan y empiezan a alabar a Dios por ese niño en el que reconocen al Mesías, luz de las gentes y salvación de Israel. Es un momento sencillo, pero rico de profecía: el encuentro entre dos jóvenes esposos, llenos de alegría y fe por la gracia del Señor y dos ancianos, ellos también llenos de alegría y de fe por la acción del Espíritu. ¿Quien hace que se encuentren? : Jesús. Jesús hace que se encuentren los jóvenes y los ancianos. Jesús es Aquel que acerca a las generaciones. Es la fuente de ese amor que une a las familias y a las personas, venciendo cualquier desconfianza, cualquier aislamiento, cualquier lejanía...La buena relación entre los jóvenes y los ancianos es decisiva para el camino de la comunidad civil y eclesial''. ''Y mirando a estos dos ancianos, a estos dos abuelos, a Simeón y a Ana -exclamó- saludamos desde aquí con un aplauso a todos los abuelos del mundo''.

''El mensaje que procede de la Sagrada Familia -continuó Francisco- es ante todo un mensaje de fe...Por eso la Familia de Nazaret es santa...porque está centrada en Jesús. Cuando los padres y los hijos respiran juntos este clima de fe tienen una energía que les permite hacer frente a pruebas difíciles como demuestra la experiencia de la Sagrada Familia... en el evento dramático de la huida a Egipto''.

''El Niño Jesús con su madre María y con san José son un icono familiar tan sencillo como luminoso...La luz que despide la Sagrada Familia nos alienta a ofrecer calor humano en las situaciones familiares en las que, por varios motivos, falta la paz, falta la armonía, falta el perdón.¡Que no falte nuestra solidaridad concreta sobre todo con esas familias que atraviesan por situaciones difíciles como las enfermedades, la falta de trabajo, la discriminación, la necesidad de emigrar!''. ''Y ahora -concluyó- recemos en silencio por todas estas familias''.

Después de rezar el Ángelus, el Papa recordó a los pasajeros del avión de Malasia desaparecido mientras viajaba entre Indonesia y Singapur y a los de las naves en tránsito en las aguas del Adriático que han sufrido diversos percances. ''Estoy cercano con el afecto y la oración -dijo- a los familiares, a cuantos viven con temor y sufrimiento estas difíciles situaciones y a los que tomar parte en las operaciones de socorro''.


Las familias numerosas son una esperanza para la sociedad

Ciudad del Vaticano, 28 de diciembre 2014 (VIS).-En la festividad de la Sagrada Familia, el Papa Francisco recibió en el Aula Pablo VI a una amplia representación de familias numerosas italianas venidas a Roma con motivo del décimo aniversario de la asociación que las agrupa. También estaban presentes diversas familias procedentes de toda Europa.

''Habéis venido con los frutos más hermosos de vuestro amor -dijo el Papa- La maternidad y la paternidad son dones de Dios, pero acoger el don, maravillarse de su belleza y hacer que resplandezca en la sociedad, es tarea vuestra. Cada uno de vuestros hijos es una criatura única que no se repetirá nunca más en la historia de la humanidad. Cuando se comprende esto, es decir que cada uno ha sido querido por Dios, nos asombramos del milagro tan grande que es un hijo''.

''Y vosotros, niños y niñas -afirmó dirigiéndose a los más pequeños- sois precisamente ésto: cada uno de vosotros es un fruto único del amor, venís del amor y crecéis en el amor. Sois únicos, pero no estáis solos. Y el hecho de tener hermanos y hermanas os hace bien: los hijos e hijas de una familia numerosa son más capaces de comunión fraternal desde la primera infancia. En un mundo marcado a menudo por el egoísmo, la familia numerosa es una escuela de solidaridad y de división, y estas actitudes benefician después a toda la sociedad''.

''Vosotros, chicos y chicas -prosiguió- sois los frutos del árbol que es la familia: sois frutos buenos cuando el árbol tiene buenas raíces -que son los abuelos- y un buen tronco que son los padres... La presencia de las familias numerosas es una esperanza para la sociedad. Y por eso es muy importante la presencia de los abuelos: una presencia preciosa sea por la ayuda práctica, sea sobre todo por su aportación educativa. Los abuelos custodian dentro de sí los valores de un pueblo, de una familia y ayudan a los padres a transmitirlos a los hijos. En el siglo pasado, en tantos países de Europa, fueron los abuelos los que transmitieron la fe''.

''Queridos padres, os agradezco tanto vuestro ejemplo de amor por la vida que custodiáis desde la concepción hasta su fin natural, no obstante todas las dificultades y los pesos de la vida y que, desgraciadamente, las instituciones públicas no siempre os ayudan a llevar...Cada familia es célula de la sociedad, pero la familia numerosa es una célula más rica , más vital y al Estado tendría que interesarle mucho invertir en ella'', señaló Francisco que finalizó su breve discurso rezando por las familias más sometidas a duras pruebas por la crisis económica '' por aquellas donde el padre o la madre han perdido el trabajo -y es muy duro- o donde los jóvenes no consiguen encontrarlo,por las que sufren en los afectos más queridos y por las que sienten la tentación de rendirse a la soledad y la separación''.

Telegrama por la muerte del arzobispo Giuseppe Pittau S.J.

Ciudad del Vaticano, 27 de diciembre 2014 (VIS).- El Santo Padre ha enviado un telegrama de pésame al Prepósito General de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolas Pachón, con motivo del fallecimiento del arzobispo Giuseppe Pittau S.J, - a los 86 años, en Tokyo, Japón-, ex Secretario de la Congregación para la Educación Católica.

Francisco recuerda a cuantos lloran la muerte del arzobispo que éste fue ''un ministro ejemplar de Dios, que vivió por la causa del Evangelio'' y subraya su ''generoso apostolado misionero en Japón'' donde concluyó su vida terrenal. También da gracias al Señor por el servició que rindió a la Sede Apostólica como Secretario de la Congregación para la Educación Católica, por su compromiso como Rector de la Universidad Sophia de Tokyo y como Rector Magnífico de la Universidad Gregoriana de Roma, además de por su dedicación a la Compañía de Jesús. El Papa confía el alma del difunto a la intercesión maternal de la Virgen María y ''en la luz de la resurrección de Cristo'' envía a todos su bendición apostólica.

Actos Pontificios

Ciudad del Vaticano, 27 de diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre nombró al reverendo Angel Javier Perez Pueyo -hasta ahora Rector del Colegio Pontificio Español San José, en Roma- como obispo de Barbastro-Monzón (superficie 8.321, población 101.320, católicos 95.1127, sacerdotes 96, religiosos 171, diáconos permanentes 3) en España. El obispo electo nació en Ejea de los Caballeros (España) en 1956 y fue ordenado sacerdote en 1980. Es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Civil de Salamanca (España). En su ministerio sacerdotal ha sido entre otros, formador y profesor en los seminarios de Tarragona y Salamanca; miembro del Consejo Central de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y coordinador pastoral de la misma. Ha colaborado en los cursos para formadores de diversos seminarios en América Latina y en los organizados por la Conferencia Episcopal Española. Fue director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús y secretario técnico de la Subcomisión episcopal de los Seminarios de la Conferencia Episcopal Española.

Sucede al obispo Alfonso Milián Sorribas cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

Navidad

Misa del Gallo: ''¿Permito a Dios que me quiera?''

Ciudad del Vaticano, 24 diciembre 2014 (VIS).- El Papa Franciso presidió esta noche a las 22,00 en la basílica de San Pedro la Santa Misa del Gallo en la solemnidad de la Natividad del Señor 2014. En el curso de la celebración eucarística, después de la lectura del Santo Evangelio, el Papa pronunció la siguiente homilía:

''El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló''. ''Un ángel del Señor se les presentó (a los pastores): la gloria del Señor los envolvió de claridad''. De este modo, la liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría.

También nosotros, en esta noche bendita, hemos venido a la casa de Dios atravesando las tinieblas que envuelven la tierra, guiados por la llama de la fe que ilumina nuestros pasos y animados por la esperanza de encontrar la ''luz grande''. Abriendo nuestro corazón, tenemos también nosotros la posibilidad de contemplar el milagro de ese niño-sol que, viniendo de lo alto, ilumina el horizonte.

El origen de las tinieblas que envuelven al mundo se pierde en la noche de los tiempos. Pensemos en aquel oscuro momento en que fue cometido el primer crimen de la humanidad, cuando la mano de Caín, cegado por la envidia, hirió de muerte a su hermano Abel. También el curso de los siglos ha estado marcado por la violencia, las guerras, el odio, la opresión. Pero Dios, que había puesto sus esperanzas en el hombre hecho a su imagen y semejanza, aguardaba pacientemente. Dios esperaba. Esperó durante tanto tiempo, que quizás en un cierto momento hubiera tenido que renunciar. En cambio, no podía renunciar, no podía negarse a sí mismo. Por eso ha seguido esperando con paciencia frente a la corrupción de los hombres y de los pueblos. La paciencia de Dios. Qué difícil es entender esto: la paciencia de Dios con nosotros.

A lo largo del camino de la historia, la luz que disipa la oscuridad nos revela que Dios es Padre y que su paciente fidelidad es más fuerte que las tinieblas y que la corrupción. En esto consiste el anuncio de la noche de Navidad. Dios no conoce los arrebatos de ira y la impaciencia; está siempre ahí, como el padre de la parábola del hijo pródigo, esperando atisbar a lo lejos el retorno del hijo perdido; y todos los días, pacientemente. La paciencia de Dios.

La profecía de Isaías anuncia la aparición de una gran luz que disipa la oscuridad. Esa luz nació en Belén y fue recibida por las manos tiernas de María, por el cariño de José, por el asombro de los pastores. Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Redentor, lo hicieron con estas palabras: ''Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre''. La ''señal'' es precisamente la humildad de Dios, la humildad de Dios llevada hasta el extremo; es el amor con el que, aquella noche, asumió nuestra fragilidad, nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros anhelos y nuestras limitaciones. El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez.

Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? ''Pero si yo busco al Señor'' –podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?
Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy! Paciencia de Dios, cercanía de Dios, ternura de Dios.

La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: ''Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto''.

Queridos hermanos y hermanas, en esta noche santa contemplemos el misterio: allí ''el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande''. La vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios. En cambio, no la vieron los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón. Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: ''María, muéstranos a Jesús''.

Mensaje de Navidad: ''Muchas lágrimas junto con las lágrimas del Niño Jesús''

Ciudad del Vaticano, 25 diciembre 2014 (VIS).- Al mediodía de hoy, solemnidad de la Natividad del Señor, el Papa pronunció desde el balcón central de la basílica vaticana el tradicional mensaje navideño que publicamos a continuación e impartió,al final,la bendición "Urbi et Orbi" :

''Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Navidad!

Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, nos ha nacido. Ha nacido en Belén de una virgen, cumpliendo las antiguas profecías. La virgen se llama María, y su esposo José.
Son personas humildes, llenas de esperanza en la bondad de Dios, que acogen a Jesús y lo reconocen. Así, el Espíritu Santo iluminó a los pastores de Belén, que fueron corriendo a la cueva y adoraron al niño. Y luego el Espíritu guio a los ancianos Simeón y Ana en el templo de Jerusalén, y reconocieron en Jesús al Mesías. ''Mis ojos han visto a tu Salvador – exclama Simeón –, a quien has presentado ante todos los pueblos''.

Sí, hermanos, Jesús es la salvación para todas las personas y todos los pueblos.

A él, el Salvador del mundo, le pido hoy que guarde a nuestros hermanos y hermanas de Irak y de Siria, que padecen desde hace demasiado tiempo los efectos del conflicto que aún perdura y, junto con los pertenecientes a otros grupos étnicos y religiosos, sufren una persecución brutal. Que la Navidad les traiga esperanza, así como a tantos desplazados, prófugos y refugiados, niños, adultos y ancianos, de aquella región y de todo el mundo; que la indiferencia se transforme en cercanía y el rechazo en acogida, para que los que ahora están sumidos en la prueba reciban la ayuda humanitaria necesaria para sobrevivir a los rigores del invierno, puedan regresar a sus países y vivir con dignidad. Que el Señor abra los corazones a la confianza y otorgue la paz a todo el Medio Oriente, a partir la tierra bendecida por su nacimiento, sosteniendo los esfuerzos de los que se comprometen activamente en el diálogo entre israelíes y palestinos.

Que Jesús, Salvador del mundo, custodie a cuantos están sufriendo en Ucrania y conceda a esa amada tierra superar las tensiones, vencer el odio y la violencia y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación.

Que Cristo Salvador conceda paz a Nigeria, donde se derrama más sangre y demasiadas personas son apartadas injustamente de sus seres queridos y retenidas como rehenes o masacradas. También invoco la paz para otras partes del continente africano. Pienso, en particular, en Libia, el Sudán del Sur, la República Centroafricana y varias regiones de la República Democrática del Congo; y pido a todos los que tienen responsabilidades políticas a que se comprometan, mediante el diálogo, a superar contrastes y construir una convivencia fraterna duradera.

Que Jesús salve a tantos niños víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas, o forzados a convertirse en soldados; niños, tantos niños que sufren abusos. Que consuele a las familias de los niños muertos en Pakistán la semana pasada. Que sea cercano a los que sufren por enfermedad, en particular a las víctimas de la epidemia de ébola, especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Agradezco de corazón a los que se están esforzando con valentía para ayudar a los enfermos y sus familias, y renuevo un llamamiento ardiente a que se garantice la atención y el tratamiento necesario.

El Niño Jesús. Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios. Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes. Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo ilumine hoy nuestros corazones, para que podamos reconocer en el Niño Jesús, nacido en Belén de la Virgen María, la salvación que Dios nos da a cada uno de nosotros, a todos los hombres y todos los pueblos de la tierra. Que el poder de Cristo, que es liberación y servicio, se haga oír en tantos corazones que sufren la guerra, la persecución, la esclavitud. Que este poder divino, con su mansedumbre, extirpe la dureza de corazón de muchos hombres y mujeres sumidos en lo mundano y la indiferencia, en la globalización de la indiferencia. Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: ''Nuestros ojos han visto a tu Salvador''.
Con estos pensamientos, feliz Navidad a todos''.

El don de la integridad cristiana es ser coherentes. Pensar, sentir y vivir como cristianos

Ciudad del Vaticano, 26 diciembre 2015 (VIS).- A mediodía, el Santo Padre se ha asomado a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de la oración mariana, el Pontífice les dirigió unas palabras sobre la coherencia y la fe:

''El Evangelio de esta fiesta muestra una parte del discurso de Jesús a sus discípulos cuando los envía a su misión. Dice: ''Seréis odiados por todos a causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el final, éste se salvará''. Estas palabras del Señor no perturban la celebración de la Navidad, sino que la despojan de esa falsa capa dulzona que no le pertenece. Nos hacen comprender que en las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida. Y para aceptar realmente a Jesús en nuestra vida y prolongar la alegría de la Noche Santa, el camino lo indica este Evangelio: dar testimonio de Jesús en la humildad, en el servicio silencioso, sin miedo de ir contra corriente y pagar en persona. No todos están llamados, como san Esteban, a derramar su sangre -continuó-, pero a todo cristiano, sin embargo, se le pide que sea coherente en todo momento con la fe que profesa. Y la integridad cristiana es una gracia que debemos pedir al Señor. Ser coherente, vivir como cristianos y no decir: "Soy cristiano", pero vivo como pagano. La coherencia es una gracia que debemos pedir hoy''.

Francisco explicó que seguir el Evangelio es un camino exigente pero hermoso y quien lo recorre con fidelidad y valentía recibe el don que el Señor prometió a los hombres y mujeres de buena voluntad. El Papa pidió a todos que rezasen por los hermanos discriminados, perseguidos y asesinados por dar testimonio de Cristo, ''porque gracias al sacrificio de estos mártires de hoy se refuerza en todos los lugares del mundo el compromiso por reconocer y asegurar la libertad religiosa, que es un derecho inalienable de toda persona humana''.

Al finalizar el rezo del ángelus, el Papa envío un deseo de paz y de aliento a ser coherentes: ''Que pensemos, sintamos y vivamos como cristianos; no pensar como cristianos y vivir como paganos'', e invitó a todos a rezar a San Esteban ''para que nos ofrezca la gracia de la coherencia cristiana''.

martes, 23 de diciembre de 2014

Francisco: ''¿Hasta cuándo tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz?''

Ciudad del Vaticano, 23 diciembre 2014 (VIS).-El Papa Francisco, con motivo de la Navidad, ha escrito una carta a los cristianos que viven en Oriente Medio, a sabiendas -dice en el texto- de que para muchos de ellos las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros. El Santo Padre recuerda los conflictos que afligen a una zona del mundo que ha conocido desde siempre la tribulación y esta vez se ve atormentada por un terrorismo que ''comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas'' y obliga a otros grupos religiosos y étnicos a abandonar sus lugares de origen y sus naciones en cuya vida tienen ''el deber y el derecho de participar plenamente''. También subraya el protagonismo de los cristianos de Oriente en la vida de la Iglesia, que cuentan con el apoyo y las oraciones de toda la comunidad eclesial y lanza de nuevo un llamamiento a la comunidad internacional para que promueva una solución global a los problemas de la Región: ''¿Hasta cuándo -escribe- tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz?''.

Ofrecemos a continuación el texto integral de la carta:

''Queridos hermanos y hermanas :''¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios!'' .

Fueron estas palabras del apóstol Pablo las que se me vinieron a la mente cuando pensaba dirigirme a vosotros, hermanos cristianos de Oriente Medio. Lo hago a las puertas de la Navidad, a sabiendas de que para muchos de vosotros las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros. Sin embargo, el nacimiento del Hijo de Dios en nuestra carne humana es un misterio inefable de consolación: ''Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres'' .

Por desgracia, nunca han faltado tribulación ni aflicción en Oriente Medio tanto en el pasado como recientemente. En los últimos meses se han agravado debido a los conflictos que afligen a la Región, pero especialmente por la actividad de una reciente y preocupante organización terrorista, de unas dimensiones nunca antes vistas, que comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas, golpeando especialmente a aquellos de vosotros que han sido brutalmente expulsados de sus tierras, en las que los cristianos están presentes desde la época apostólica.

Al dirigirme a vosotros, no puedo olvidarme de otros grupos religiosos y étnicos que sufren también la persecución y las consecuencias de estos conflictos. Sigo cada día las noticias del inmenso sufrimiento de tantas personas en Oriente Medio. Pienso especialmente en los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse. Este sufrimiento clama a Dios y apela al compromiso de todos nosotros, con la oración y todo tipo de iniciativas. Deseo hacer llegar a todos mi cercanía y solidaridad, así como la de la Iglesia, y dar una palabra de consuelo y esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, que con valentía dais testimonio de Jesús en vuestra tierra bendecida por el Señor, nuestro consuelo y nuestra esperanza es Cristo. Por tanto, os animo a permanecer unidos a Él, como los sarmientos a la vid, seguros de que ni la tribulación, la angustia o la persecución podrán separarnos de Él . Que la prueba que estáis atravesando fortalezca vuestra fe y fidelidad.

Rezo para que viváis la comunión fraterna a ejemplo de la primera comunidad de Jerusalén. La unidad querida por nuestro Señor es más necesaria que nunca en estos tiempos difíciles; es un don de Dios que interpela a nuestra libertad y espera nuestra respuesta. Que la Palabra de Dios, los sacramentos, la oración y la fraternidad, alimenten y renueven continuamente vuestras comunidades.

La situación en que vivís es una fuerte llamada a la santidad de vida, como así lo han atestiguado los santos y mártires de diversa pertenencia eclesial. Recuerdo con afecto y veneración a los Pastores y fieles a los que en los últimos tiempos se les ha pedido el sacrificio de la vida, a menudo por el mero hecho de ser cristianos. También pienso en las personas secuestradas, entre las cuales se encuentran algunos Obispos ortodoxos y sacerdotes de diversos ritos. ¡Ojalá puedan volver pronto sanos y salvos a sus casas y comunidades! Le pido a Dios que tanto sufrimiento unido a la cruz del Señor dé frutos abundantes para la Iglesia y los pueblos de Oriente Medio.

En medio de las enemistades y los conflictos, la comunión vivida entre vosotros, con fraternidad y sencillez, es un signo del Reino de Dios. Me alegro de las buenas relaciones y la cooperación entre los Patriarcas de las Iglesias orientales católicas y los Ortodoxos, así como entre los fieles de las diversas Iglesias. El sufrimiento que padecen los cristianos constituye una aportación inestimable a la causa de la unidad. Se trata del ecumenismo de la sangre, que requiere abandonarse confiadamente a la acción del Espíritu Santo.

¡Que podáis dar siempre testimonio de Jesús en medio de las dificultades! Vuestra presencia es valiosa para Oriente Medio. Sois un pequeño rebaño, pero con una gran responsabilidad en la tierra en que nació y se extendió el cristianismo. Sois como la levadura en la masa. Antes que cualquiera de las actividades de la Iglesia en el ámbito de educativo, sanitario o asistencial, tan valoradas por todos, la mayor riqueza para la región son los cristianos, sois vosotros. Gracias por vuestra perseverancia.

Vuestros intentos por colaborar con personas de otras religiones, con judíos y musulmanes, es otro signo del Reino de Dios. El diálogo interreligioso es tanto más necesario cuanto más difícil es la situación. No hay otro camino. El diálogo basado en una actitud de apertura, en la verdad y el amor, es también el mejor antídoto contra la tentación del fundamentalismo religioso, que es una amenaza para los creyentes de todas las religiones. El diálogo es a la vez un servicio a la justicia y una condición necesaria para la tan deseada paz.

La mayor parte de vosotros vive en un ambiente de mayoría musulmana. Podéis ayudar a vuestros conciudadanos musulmanes a presentar con discernimiento una imagen más auténtica del Islam, como quieren muchos de ellos, que repiten que el Islam es una religión de paz, que se puede armonizar con el respeto de los derechos humanos y favorecer la convivencia de todos. Será algo bueno para ellos y para toda la sociedad. La dramática situación que viven nuestros hermanos cristianos en Irak, y también los Yazidíes y los miembros de otras comunidades religiosas y étnicas, exige por parte de todos los líderes religiosos una postura clara y valiente, para condenar unánimemente y sin rodeos esos crimines, y denunciar la práctica de invocar la religión para justificarlos.

Queridos hermanos, casi todos vosotros sois ciudadanos nativos de vuestros países y, por lo tanto, tenéis el deber y el derecho de participar plenamente en la vida y crecimiento de vuestra nación. En la Región estáis llamados a ser constructores de paz, de reconciliación y desarrollo, a promover el diálogo, construir puentes, según el espíritu de las bienaventuranzas, a proclamar el evangelio de la paz, dispuestos a colaborar con todas las autoridades nacionales e internacionales.

Deseo expresar mi especial reconocimiento y gratitud a todos vosotros, queridos hermanos Patriarcas, Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, que acompañáis con solicitud el camino de vuestras comunidades. ¡Qué preciosa es la presencia y actividad de los que se han consagrado totalmente al Señor y lo sirven en los hermanos, especialmente en los más necesitados, testimoniando su grandeza y su amor infinito! ¡Qué importante es la presencia de los Pastores junto a su rebaño, especialmente en los momentos de dificultad!

A vosotros, jóvenes, os mando un abrazo paternal. Rezo por vuestra fe, por vuestro crecimiento humano y cristiano, y para que vuestros mejores proyectos se cumplan. Y os repito: ''No tengáis miedo ni vergüenza de ser cristianos. La relación con Jesús os hará disponibles para colaborar sin reservas con vuestros conciudadanos, con independencia de su afiliación religiosa''

A vosotros, ancianos, os hago llegar mis sentimientos de aprecio. Sois la memoria de vuestros pueblos; espero que esta memoria sea semilla de crecimiento para las nuevas generaciones.

Me gustaría alentar a aquellos de vosotros que trabajan en las áreas tan importantes de la caridad y de la educación. Admiro el trabajo que estáis haciendo, especialmente a través de Cáritas y con la ayuda de otras organizaciones caritativas católicas de diferentes países, ayudando a todos sin distinción. A través del testimonio de la caridad, ofrecéis el apoyo más valioso a la vida social y también contribuís a la paz, de la que la Región está tan hambrienta como de pan. Pero también en el ámbito de la educación está en juego el futuro de la sociedad. Qué importante es la educación en la cultura del encuentro, del respeto de la dignidad de la persona y del valor absoluto de todo ser humano.

Queridos hermanos, aunque pocos en número, sois protagonistas de la vida de la Iglesia y de los países en los que vivís. Toda la Iglesia está con vosotros y os apoya, con gran afecto y estima por vuestras comunidades y vuestra misión. Vamos a seguir ayudándoos con la oración y otros medios disponibles.

Al mismo tiempo, sigo instando a la Comunidad internacional para que venga en ayuda de vuestras necesidades y de las otras minorías que sufren; en primer lugar, promoviendo la paz a través de la negociación y la actividad diplomática, tratando de atajar y detener cuanto antes la violencia que ya ha causado demasiado daño. Reitero la más firme condena del tráfico de armas. Necesitamos en cambio proyectos e iniciativas de paz, para promover una solución global a los problemas de la Región. ¿Hasta cuándo tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz? No podemos resignarnos a los conflictos como si no fuera posible un cambio. En sintonía con mi peregrinación a Tierra Santa y el posterior encuentro de oración en el Vaticano con los Presidentes israelita y palestino, os invito a seguir orando por la paz en Oriente Medio. Que quien se vio obligado a abandonar sus tierras, pueda regresar y vivir con dignidad y seguridad. Que la asistencia humanitaria se incremente, siempre buscando el bien de la persona y de cada país, respetando su propia identidad, sin anteponer otros intereses. Que toda la Iglesia y la Comunidad internacional sean cada vez más conscientes de la importancia de vuestra presencia en la Región.

Queridos hermanas y hermanos cristianos de Oriente Medio, tenéis una gran responsabilidad y no estáis solos frente a ella. Por eso he querido escribiros para animaros y para deciros lo valiosa que es vuestra presencia y vuestra misión en esta tierra bendecida por el Señor. Vuestro testimonio me hace mucho bien. Gracias. Todos los días rezo por vosotros y vuestras intenciones. Os doy las gracias porque sé que vosotros, en vuestros sufrimientos, rezáis por mí y por mi servicio a la Iglesia. Realmente espero tener la gracia de ir en persona a visitaros y confortaros. Que la Virgen María, la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra, os acompañe y proteja siempre con su ternura. A todos vosotros y a vuestras familias imparto la Bendición Apostólica con el deseo de que viváis la Santa Navidad en el amor y la paz de Cristo Salvador''.




Aviso

Ciudad del Vaticano, 23 diciembre 2014 (VIS).- El Vatican Information Service desea a todos sus lectores una santa y feliz Navidad e informa que con motivo de las fiestas navideñas no habrá servicio del 24 al 28 de diciembre.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Francisco: Una Curia que no se actualiza, que se endurece o es indiferente ante los demás es un cuerpo enfermo

Ciudad del Vaticano, 22 diciembre 2014 (VIS).-El Papa tuvo esta mañana en la Sala Clementina el encuentro anual con la Curia Romana para intercambiar las felicitaciones navideñas con los miembros de los diversos dicasterios, consejos, oficinas, tribunales y comisiones que la componen. ''Es hermoso -dijo- pensar en la Curia Romana como en un pequeño modelo de la Iglesia, es decir como un cuerpo que intenta día tras día ser más vivo, más sano y armonioso y más unido entre sí y con Cristo''.

''La Curia está siempre llamada a mejorar y crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar plenamente su misión. Y sin embargo, como cada cuerpo, también está expuesta a las enfermedades... Me gustaría mencionar algunas de las más frecuentes en nuestras vidas de curia. Son enfermedades y tentaciones que debilitan nuestro servicio al Señor'', prosiguió el Pontífice que tras haber invitado a todos a un examen de conciencia para prepararse a la Navidad, enumeró las ''enfermedades'' curiales:
''La enfermedad de sentirse "inmortal", "inmune" o incluso "indispensable", dejando de lado los controles necesarios y normales. Una Curia que no es autocrítica, que no se actualiza, que no intenta mejorarse es un cuerpo enfermo... Es la enfermedad del rico insensato que pensaba vivir eternamente y también de aquellos que se convierten en amos y se sienten superiores a todos y no al servicio de todos''.

La enfermedad de "martalismo" (Marta), de la excesiva operosidad: es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado, inevitablemente,''la mejor parte": Sentarse a los pies de Jesús. Por eso, Jesús invitó a sus discípulos a "descansar'' porque descuidar el necesario reposo conduce al estrés y la agitación. El tiempo del reposo para aquellos que han completado su misión, es necesario, es debido y debe tomarse en serio: pasar un "tiempo de calidad ''con la familia y respetar las vacaciones como un tiempo para recargarse espiritual y físicamente; hay que aprender lo que enseña el Eclesiastés que "hay un tiempo para todo".

''La enfermedad del endurecimiento mental y espiritual:.. Es la de los que, a lo largo del camino, pierden la serenidad interior, la vivacidad y la audacia y se esconden bajo los papeles convirtiéndose en ''máquinas de trabajo'' y no en "hombres de Dios"... Es peligroso perder la sensibilidad humana necesaria para hacernos llorar con los que lloran y se regocijan con los que gozan. Es la enfermedad de los que pierden "los sentimientos de Jesús".

''La enfermedad de la planificación excesiva y el funcionalismo: Es cuando el apóstol planifica todo minuciosamente y cree que haciendo así, las cosas efectivamente progresan, convirtiéndose en un contador o contable...Se cae en esta enfermedad porque siempre es más fácil y cómodo quedarse en la propia posición estática e inmutable. De hecho, la Iglesia se muestra fiel al Espíritu Santo en la medida en que no pretende regularlo ni domesticarlo ... Él es la frescura, la fantasía, la innovación ".

''La enfermedad de la mala coordinación: Sucede cuando los miembros pierden la comunión entre sí y el cuerpo pierde la funcionalidad armoniosa y la templanza convirtiéndose en una orquesta que hace ruido porque sus miembros no cooperan y no viven el espíritu de comunión y equipo''.

''La enfermedad de Alzheimer espiritual: Es decir, la de olvidar la "historia de la salvación" la historia personal con el Señor, el "primer amor". Es una disminución progresiva de las facultades espirituales... Lo vemos en los que han perdido el recuerdo de su encuentro con el Señor...en los que construyen muros alrededor de sí mismos y se convierten. cada vez más. en esclavos de las costumbres y de los ídolos que han esculpido con sus propias manos''.

''La enfermedad de la rivalidad y la vanagloria: Pasa cuando la apariencia, los colores de las ropas y las insignias de honor se convierten en el principal objetivo de la vida... Es la enfermedad que nos lleva a ser hombres y mujeres falsos y a vivir una "mística" falsa y un falso "quietismo".

''La enfermedad de la esquizofrenia existencial: Es la enfermedad de los que viven una doble vida, fruto de la hipocresía típica de los mediocres y del progresivo vacío espiritual que ni grados ni títulos académicos pueden llenar. Se crean así su propio mundo paralelo, donde dejan a un lado todo lo que enseñan con severidad a los demás y empiezan a vivir una vida oculta y, a menudo, disoluta''.

''La enfermedad de las habladurías, de la murmuración, del cotilleo: Es una enfermedad grave que comienza con facilidad, tal vez sólo para charlar, pero que se apodera de la persona convirtiéndola en "sembradora de cizaña "(como Satanás), y en muchos casos en "asesino a sangre fría'' de la fama de sus colegas y hermanos. Es la enfermedad de las personas cobardes que por no tener valor de hablar a la cara, hablan a las espaldas''.

''La enfermedad de divinizar a los jefes: Es la enfermedad de los que cortejan a los superiores, con la esperanza de conseguir su benevolencia. Son víctimas del arribismo y del oportunismo, honran a las personas y no a Dios. Son personas que viven el servicio pensando sólo en lo que tienen que conseguir y no en lo que tienen que dar. Personas mezquinas, infelices e inspiradas sólo por su egoísmo fatal''.

''La enfermedad de la indiferencia hacia los demás: Es cuando todo el mundo piensa sólo en sí mismo y pierde la sinceridad y la calidez de las relaciones humanas. Cuando los más expertos no ponen us conocimientos al servicio de los colegas con menos experiencia. Cuando, por celos.. se siente alegría al ver que otros caen en lugar de levantarlos y animarlos''.

''La enfermedad de la cara de funeral: Es decir, la de las personas rudas y sombrías, que consideren que para ser serios hace falta pintarse la cara de melancolía, de severidad y tratar a los demás - especialmente a aquellos considerados inferiores - con rigidez, dureza y arrogancia. En realidad, la severidad teatral y el pesimismo estéril son a menudo los síntomas del miedo y la inseguridad en sí mismo''.

''La enfermedad de la acumulación: Cuando el apóstol busca llenar un vacío existencial en su corazón acumulando bienes materiales, no por necesidad, sino simplemente para sentirse seguro... La acumulación solamente pesa y ralentiza el camino inexorablemente''.
''La enfermedad de los círculos cerrados: Donde la pertenencia al grupo se vuelve más fuerte que la del Cuerpo y, en algunas situaciones que la de a Cristo mismo. También esta enfermedad comienza siempre con buenas intenciones, pero con el paso del tiempo esclaviza a los miembros convirtiéndose en "un cáncer" que amenaza la armonía del cuerpo y puede causar tanto daño - escándalos - especialmente a nuestros hermanos más pequeños''.

''La enfermedad de la ganancia mundana, del lucimiento: Cuando el apóstol transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para conseguir beneficios mundanos o más poderes. Es la enfermedad de la gente que busca insaciablemente multiplicar su poder y para ello son capaces de calumniar, difamar y desacreditar a los demás, incluso en periódicos y revistas. Naturalmente para lucirse y demostrarse más capaces que los otros''.

''Por lo tanto -señaló Francisco, después de explicar el catálogo de las enfermedades- estamos llamados - en este tiempo de Navidad y todo el tiempo de nuestro servicio y de nuestra existencia - a vivir "según la verdad en el amor, intentando crecer en todo hacia aquel que es la cabeza, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado, mediante la colaboración de todas las coyunturas, según la energía propia de cada miembro, recibe fuerza para crecer de manera de edificarse a sí mismo en la caridad''.

''Una vez leí -concluyó- que "los sacerdotes son como los aviones, son noticia sólo cuando se caen, pero hay tantos que vuelan. Muchos los critican y pocos rezan por ellos''. Es una frase muy simpática, pero también muy cierta, ya que describe la importancia y la delicadeza de nuestro servicio sacerdotal y cuanto daño puede causar un sacerdote que "cae" a todo el cuerpo de la Iglesia''.


A los trabajadores de la Santa Sede: ''Convertid la Navidad en una ocasión para cuidar''

Ciudad del Vaticano, 22 diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre ha encontrado esta mañana a los trabajadores de la Santa Sede a los que ha agradecido calurosamente su trabajo. A los italianos, ha dedicado unas palabras especiales porque ''durante toda la historia de la Iglesia y de la Curia Romana han trabajado habitualmente con ánimo generoso y fiel, poniendo al servicio de la Santa Sede y del Sucesor de Pedro, su singular laboriosidad y su devoción filial, sosteniendo a los grandes santos, Papas, mártires, misioneros y artistas que ninguna sombra podrá empañar jamás''.Y no ha olvidado a los trabajadores de otros países ''que trabajan generosamente lejos de su Patria y de sus familias, y que representan para la Curia el rostro de la Catolicidad de la Iglesia''.

El Papa animó a todos a meditar sobre el texto que un par de horas antes leyó a la Curia, para que también hicieran ''un examen de conciencia en preparación de la Santa Navidad y del Año Nuevo'', exhortándoles a acercarse al Sacramento de la Confesión ''con ánimo dócil para recibir la misericordia del Señor que llama a la puerta de nuestro corazón, en la alegría de la familia. ''Gracias a vuestro compromiso diario y a vuestro esfuerzo -dijo- la Curia se expresa como un cuerpo vivo, y en camino: un mosaico real rico de fragmentos: diversos, necesarios y complementarios... aquellos miembros del cuerpo que parecen más débiles son los más necesarios; y las partes del cuerpo que nos parecen menos honrosas son a las que otorgamos un mayor respeto ... Dios ha compuesto el cuerpo, dando más honor a lo que le faltaba, para que no hubiera división en el cuerpo, sino que los miembros tuvieran cuidado los unos de los otros''.

Francisco destacó la palabra ''Cuidado'' explicando que ''cuidar implica manifestar interés diligente y preciso que compromete tanto a nuestra alma como a nuestra actividad, hacia alguien o algo; significa mirar con atención a cualquiera que necesite cuidado sin pensar en nada más; significa aceptar el dar o el recibir cuidados''. Y para transformar esta Navidad en una ocasión para cuidar, ha alentado a todos a cuidar la vida espiritual, la relación con Dios, cuidar la vida familiar y la relación con los demás. Cuidar la forma de hablar purificando la lengua de las palabras ofensivas, cuidar las heridas del corazón con el aceite del perdón. Cuidar el trabajo realizándolo con entusiasmo, humildad y pasión. Tener cuidado con la envidia, la lujuria, el odio y los sentimientos negativos que devoran la paz interior y nos transforman en personas destruidas y destructivas; tener cuidado también con el rencor, que nos lleva a la venganza, y con la pereza que nos lleva a la eutanasia existencial. Cuidar de los más pobres, los ancianos, los enfermos, los hambrientos y los vagabundos, y cuidar la Santa Navidad, para que no sea una fiesta de consumismo, apariencias, regalos inútiles y derroches.

''Imaginemos como cambiaría nuestro mundo -señaló- si cada uno de nosotros comenzase enseguida... Esta es la verdadera Navidad: la fiesta de la pobreza del Dios que se despojó a sí mismo, tomando forma de esclavo, del Dios que se pone a servir en la mesa y que se esconde de los inteligentes y sabios para revelarse a los pequeños, los simples y los pobres... pero es sobre todo la fiesta de la paz que el Niño Jesús trae a la tierra y que los ángeles cantan... Una paz, que necesita nuestro entusiasmo, nuestro cuidado para calentar los corazones helados, para animar las almas descorazonadas y para iluminar los ojos apagados con la luz del rostro de Jesús''.

Antes de despedirse, el Papa pidió perdón por sus faltas, y por las de sus colaboradores , así como por algunos escándalos, ''que hacen mucho daño -subrayó-. Perdonadme y por favor, rezad por mi''.

Ángelus: En Navidad Jesús llama de nuevo al corazón de cada cristiano

Ciudad del Vaticano, 21 de diciembre 2014 (VIS).- El cuarto y último domingo de Adviento, con la Navidad ya a las puertas el Evangelio narra el anuncio del Ángel a María y el ''sí'' de la Virgen que hizo posible la Encarnación, la revelación de un misterio ''guardado en secreto desde la eternidad''. El Papa Francisco en el Ángelus de esta mañana reflexionó con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro sobre dos aspectos esenciales de la actitud de María como modelo para prepararse a la Navidad.

El primero es su actitud de fe, que consiste en escuchar la Palabra de Dios para abandonarse a ella con disponibilidad absoluta de mente y de corazón. ''En su “sí” lleno de fe -dijo el Santo Padre- María no sabe por cuáles caminos deberá aventurarse, ni qué dolores tendrá que sufrir, ni cuáles riesgos afrontar. Pero es consciente de que es el Señor quien lo pide y ella se fía totalmente de Él, se abandona a su amor. Ésta es la fe de María''.

Otro aspecto es la capacidad de la Madre de Cristo de reconocer el tiempo de Dios, enseñándonos así a comprender el momento favorable en que Jesús pasa por nuestra vida y pide una respuesta rápida y generosa.

''Y Jesús pasa -añadió el Papa- porque el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, que históricamente aconteció hace más de dos mil años, acontece como evento espiritual, en el “hoy” de la Liturgia. El Verbo, que encontró morada en el seno virginal de María, en la celebración de la Navidad viene a llamar nuevamente al corazón de cada cristiano. Pasa y llama. Cada uno de nosotros está llamado a responder, como María, con un “sí” personal y sincero, poniéndonos completamente a disposición de Dios y de su misericordia, de su amor''.

''¡Cuántas veces Jesús pasa por nuestra vida -exclamó- Y cuántas veces nos manda un ángel. Y cuántas veces no nos damos cuenta, porque estamos tan ocupados, tan inmersos en nuestros pensamientos, en nuestros asuntos e incluso -en estos días- en nuestra preparación de la Navidad, que no nos damos cuenta de que Él pasa y llama a la puerta de nuestro corazón pidiendo acogida, pidiendo un “sí”, como el de María''.

''Un santo decía: “Tengo temor de que el Señor pase” . ¿Y sabéis de que tenía miedo ?-preguntó el Pontífice - De no darse cuenta y dejarlo pasar. Cuando sentimos en nuestro corazón: “Me gustaría ser más bueno, más buena; me he arrepentido de esto ... Es el Señor que llama, que nos hace sentir las ganas de ser mejor, de estar más cerca de los demás, de Dios. Si lo sientes, ¡párate!. Allí esta el Señor. Y ve a rezar, y quizás a confesarte...Todo eso hace bien. Pero acuérdate, si sientes esas ganas de mejorar, es Él quien llama: no dejes que pase de largo''.

Francisco recordó también en el misterio de Navidad la presencia silenciosa de José y reiteró su ejemplo y el de María como invitación para recibir con total apertura a Jesús ''que por amor se hizo hermano nuestro y vino a traer al mundo la paz'' como anunciaron los ángeles a los pastores ''Paz en la tierra a los hombres que él ama''

''El regalo precioso de Navidad es la paz -acabó- y Cristo que es nuestra paz verdadera. llama a nuestros corazones para darnos la paz, la paz del alma. Abramos las puertas a Cristo''.

El Papa recibe a la Comunidad Papa Juan XXIII y exalta su generosidad en ayudar a las personas a alzarse de la degradación material y moral


Ciudad del Vaticano, 20 diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en el Aula Pablo VI a siete mil quinientas personas, miembros de la Asociación Comunidad Papa Juan XXIII, fundada por el sacerdote italiano Oreste Benzi en 1968. La asociación, actualmente difundida en 34 países, se ocupa de las situaciones de marginación y pobreza y promueve la remoción no violenta de las causas que la originan. Sigue el principio de la condivisión de la vida, actuando en diversos ámbitos: menores y jóvenes en condiciones difíciles, discapacitados, presos, gitanos, toxicómanos, alcohólicos, personas sin domicilio fijo, ancianos, enfermos, madres con problemas y mujeres obligadas a prostituirse.

Durante la audiencia algunos representantes de la Comunidad narraron al Papa sus experiencias que, como dijo Francisco, hablaban de ''esclavitud y liberación, del egoísmo de los que piensan en construir su vida explotando a los demás y de la generosidad de los que ayudan al prójimo a alzarse de la degradación material y moral. Son experiencias que sacan a la luz tantas formas de pobreza que hieren a nuestro mundo y revelan la miseria más peligrosa, la causa de todas las demás: la lejanía de Dios, la presunción de poder prescindir de El. Esta es la miseria ciega de los que consideran que el objetivo de su existencia es la riqueza material, la búsqueda del poder y del placer y de sujetar la vida del prójimo al conseguimiento de ese objetivo''.

''Sí, amigos -continuó- la presencia del Señor marca la diferencia entre la libertad del bien y la esclavitud del mal...ensancha los horizontes ... y nos da la fuerza necesaria para superar dificultades y pruebas...La fe, efectivamente, mueve las montañas de la indiferencia y de la apatía, del desinterés y del inútil repliegue sobre sí mismo...La fe abre las puertas de la caridad...dándonos valor para actuar como el Buen Samaritano. Lo sabía el padre Oreste Benzi que fundó vuestra asociación. Su amor por los pequeños y los pobres, por los excluidos y abandonados estaba radicado en el amor a Jesús crucificado que se hizo pobre y último por nosotros....De la misión de involucrar a los adolescentes e interesarles por la persona de Jesús nació su idea de organizar para ellos un ...encuentro radical y vital con El como héroe y amigo, a través de testimonios de vida que mostrasen con plenitud el mensaje cristiano pero con alegría e incluso con ''chispa''.

''Así -rememoró Francisco- nació vuestra comunidad, que hoy está presente en 34 países con sus casas familiares, sus cooperativas sociales y educativas, sus casas de oración, los servicios para acompañar las maternidades problemáticas y otras iniciativa. La Providencia os ha hecho crecer, probando la vitalidad del carisma de vuestro fundador que decía que para ''ponerse de pie hay que estar de rodillas''.

El Papa finalizó invitándoles a cuidar siempre su formación espiritual y a frecuentar con asiduidad los sacramentos, sobre todo la Eucaristía porque '' de un corazón lleno de amor de Dios brota la caridad por los hermanos y las hermanas''.




Audiencias

Ciudad del Vaticano, 20 diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencias separadas:

-Su Alteza Real el Príncipe Jaime Bernardo de Borbón-Parma, nuevo embajador de los Países Bajos ante la Santa Sede, que le presentó sus cartas credenciales.

-Clelio Galassi, nuevo embajador de la República de San Marino ante la Santa Sede, que le presentó sus cartas credenciales.

-Eduardo Félix Valdés, nuevo embajador de Argentina ante la Santa Sede, que le presentó sus cartas credenciales.


Otros Actos Pontificios

Ciudad del Vaticano, 22 diciembre 2014 (VIS).- El Santo Padre:

-Nombró al obispo Benjamin Ndiaye, hasta ahora de Kaolack, como arzobispo de Dakar (superficie 4.803, población 3.3677.000, católicos 455.000, sacerdotes 168, religiosos 645) en Senegal. Sucede al cardenal Théodoro-Adrien Sarr cuya renuncia fue aceptada por límite de edad.

-Nombró al obispo Christopher J. Coyne, hasta ahora auxiliar de Indianápolis (E.E.U.U.), como obispo de Burlington (superficie 35.768, población 2.640.000, católicos 249.500, sacerdotes 234, religiosos 743, diáconos permanentes 30) en E.E.U.U.

-Erigió la nueva diócesis de Kuzhithurai (India) por desmembramiento de la diócesis de Kottar, haciéndola sufragánea de la sede metropolitana de Madurai.

-Nombró al padre Jerome Dhas Varuvel, S.D.B., como primer obispo de Kuzhithurai (superficie 915, población 855.485, católicos 264.222, sacerdotes 101, religiosos 267) en India. El obispo electo nació en 1951 en Paduvoor (India), y fue ordenado sacerdote en 1985. Es licenciado en Pedagogía por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma. Durante su ministerio sacerdotal ha sido entre otros, vicerrector y rector de noviciado, decano, párroco, consejero provincial y maestro de novicios.

-Aceptó la renuncia del obispo Martin Gachter al oficio de Auxiliar de la diócesis de Basilea, en Suiza, por límite de edad.

El sábado, 20 de diciembre, el Santo Padre nombró:

-Obispo José Guadalupe Torres Campos, hasta ahora de Gómez Palacio (México) como obispo de Ciudad Juárez (superficie 29.639, población 2.727.000, católicos 2.318.000, sacerdotes 116, religiosos 206, diáconos permanentes 19) en México. Sucede al obispo Renato Ascensio León cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

-Cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso como Camarlango de la Santa Iglesia Romana.

-Arzobispo Giampiero Gloder, nuncio apostólico y Presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, como Vicecamarlengo de la Santa Iglesia Romana.

viernes, 19 de diciembre de 2014

El Nacimiento y el árbol de Navidad son signos de luz y de esperanza


Ciudad del Vaticano, 19 diciembre 2014 (VIS).- El Papa recibió esta mañana en la Sala Clementina a una delegación de las provincias italianas de Verona y Catanzaro que este año han ofrecido respectivamente al Vaticano el Belén con las figuras de terracota y el árbol de Navidad que decoran en estas fiestas la Plaza de San Pedro y que a partir de esta noche estarán iluminados y a la vista del público.

''Los valores del cristianismo -dijo Francisco- han fecundado la cultura, la literatura, la música y el arte de vuestras tierras y todavía hoy constituyen un patrimonio inapreciable que conservar y transmitir a las generaciones futuras. El Nacimiento y el árbol de Navidad, son signos navideños siempre sugestivos y amados por nuestras familias cristianas: recuerdan el misterio de la encarnación, el Hijo unigénito de Dios que se hizo hombre para salvarnos y la luz que Jesús trajo al mundo con su nacimiento. Pero tanto el Belén como el Árbol llegan al corazón de todos, también de los que no creen, porque hablan de fraternidad, de intimidad y de amistad, llamando a la humanidad de nuestra época a descubrir de nuevo la belleza de la sencillez, del compartir y de la solidaridad. Son una invitación a la unidad, a la concordia y a la paz; una invitación a hacer sitio, en nuestra vida personal y social, a Dios que no viene con arrogancia a imponer su potencia, sino que nos ofrece su amor omnipotente a través de la frágil figura de un Niño. El Belén y el Árbol traen, por lo tanto, un mensaje de luz, de esperanza y de amor''.


''El Mesías se hizo hombre y vino entre nosotros para disipar las tinieblas del error y del pecado, trayendo a la humanidad su luz divina. El mismo Jesús dirá: ''Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina entre tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida''. Sigamos a esta Luz verdadera para no extraviarnos y para dar, a nuestra vez, luz y calor a todos los que atraviesan momentos de dificultad y oscuridad interior'', concluyó el Santo Padre.

Francisco : Un deporte que favorezca la amistad entre los pueblos


Ciudad del Vaticano, 19 diciembre 2014 (VIS).- El Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) celebra su centenario. Esta mañana cinco mil directivos y atletas de ese ente han asistido a una misa en la basílica de San Pedro al final de la cual el Santo Padre les ha encontrado y dirigido un breve discurso, recordando en primer lugar que en nuestra época ''el deporte es de casa en la Iglesia y este encuentro es la prueba, porque celebramos juntos un aniversario importante para el deporte italiano''.

Después Francisco señaló que desde hace cien años el CONI promueve y organiza el deporte en Italia no solo en función de las Olimpíadas sino valorizando su dimensión popular, social y educativa y lo hace ''inspirándose en los principios de la Carta Olímpica, que coloca entre sus objetivos principales la centralidad de la persona y su desarrollo armonioso, la dignidad humana, además del de contribuir a la construcción de un mundo
mejor y más pacífico, educando a la juventud a través del deporte practicado sin discriminación de ninguna clase y dentro del espíritu... que exige comprensión mutua, espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio''.

''Desde siempre el deporte ha favorecido una universalidad caracterizada por la fraternidad y la amistad entre los pueblos, de concordia y paz entre las naciones, de respeto, tolerancia y armonía de las diferencias -agregó- Todo acontecimiento deportivo, sobre todo las olimpíadas, donde se confrontan representantes de naciones con historias, culturas, tradiciones, credos y valores diversos, puede convertirse en una fuerza ideal capaz de abrir nuevos caminos, a veces inesperados, para superar conflictos causados por la violación de los derechos humanos''.

El lema olímpico ''Citius, altius, fortius'' ''no es una incitación a la supremacía de una nación sobre otra, de un pueblo sobre otro pueblo y tampoco de la exclusión de los más débiles y menos tutelados, al contrario, representa el reto al que todos estamos llamados, no solamente los atletas: el de asumir la fatiga, el sacrificio, para alcanzar las metas importantes de la vida, aceptando nuestros límites sin dejarnos bloquear por ellos, sino intentando superarlos''.

El Santo Padre alentó a los miembros del CONI a proseguir con su tarea en las escuelas, en el mundo del trabajo y en el de la solidaridad ''para favorecer un deporte accesible a todos, atento con los más débiles y con las franjas más precarias de la sociedad; un deporte que incluya a las personas con discapacidades, a los extranjeros, a los que viven en las periferias y necesitan lugares de encuentro, de sociabilidad, de juego; un deporte que no esté finalizado a la utilidad, sino al desarrollo de la persona, con gratuidad''.


Por último Francisco recordó que el CONI fue el primer comité olímpico nacional -al que siguieron más tarde otros - que incluyó en su organización un capellán olímpico. ''Es una presencia amiga que manifiesta la cercanía de la Iglesia inculcando también entre los deportistas un sentido fuerte de entrenamiento espiritual. Efectivamente -terminó- hay algunas palabras típicas del deporte que se pueden referir a la vida espiritual. Lo entendieron muy bien lo santos que supieron interpretar la pasión, el entusiasmo, la constancia, la determinación, el reto y el límite con la mirada dirigida hacia un más allá, más allá de sí mismos hacia el horizonte de Dios''.
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