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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 11 de octubre de 2010

ORIENTE MEDIO: CUNA DEL DISEÑO UNIVERSAL DE SALVACIÓN

CIUDAD DEL VATICANO, 10 OCT 2010 (VIS).-A las 9:30 de esta mañana, el Santo Padre Benedicto XVI ha presidido la concelebración de la Eucaristía con los Padres Sinodales, con ocasión de la Solemne Apertura de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Aula del Sínodo del Vaticano hasta el 24 de octubre de 2010, sobre el tema: La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma”.

Con el Papa han concelebrado 177 Padres Sinodales y 69 colaboradores. Durante la plegaria eucarística subieron al altar los cardenales Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca de Antioquía de los Maronitas (Líbano); Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos (Irak); Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales; el patriarca de Antioquía de los Sirios (Líbano), Ignace Youssif III Younan; el patriarca de Alejandría de los Coptos (República Árabe de Egipto), Antonios Naguib; el arzobispo de Chipre de los Maronitas (Chipre), mons. Joseph Soueif.

“La Celebración eucarística, acción de gracias a Dios por excelencia, está marcada hoy para nosotros, reunidos en el Sepulcro de San Pedro, por un motivo extraordinario: la gracia de ver reunidos por primera vez en una Asamblea Sinodal, alrededor del Obispo de Roma y Pastor Universal, a los Obispos de la región medio oriental. Este singular evento demuestra el interés de toda la Iglesia por la valiosa y amada porción del Pueblo de Dios que vive en Tierra Santa y en todo Oriente Medio”, dijo el Papa al comienzo de su homilía.

“En esas tierras la única Iglesia de Cristo se expresa en la variedad de las Tradiciones litúrgicas, espirituales, culturales y disciplinarias de las seis venerables Iglesias Orientales Católicas “sui iuris”, como también en la Tradición latina. El fraterno saludo, que dirijo con gran afecto a los Patriarcas de cada una de ellas, quiere extenderse en este momento a todos los fieles confiados a sus cuidados pastorales en los respectivos Países y también en la diáspora”.

El Santo Padre, citando el Evangelio de San Lucas que narra la curación de diez leprosos y el segundo Libro de los Reyes, donde Yahvé sana al arameo Namán, afirmó que ofrecían “un tema de meditación que se aproxima de manera significativa al evento sinodal”.

El tema es, prosiguió, “La salvación es universal, pero pasa a través de una mediación determinada, histórica: la mediación del pueblo de Israel, que se convierte luego en la de Jesucristo y de la Iglesia. La puerta de la vida está abierta para todos pero, justamente, es una “puerta”, es decir un pasaje definido y necesario”.

“Dios es amor y quiere que todos los hombre participen de su vida; para realizar este diseño Él, que es Uno y Trino, crea en el mundo un misterio de comunión humano y divino, histórico y trascendente: lo crea con el “método” -por decirlo así- de la alianza, ligándose con amor fiel e interminable a los hombres, formando un pueblo santo que se convierta en una bendición para todas las familias de la tierra. Se revela así cómo el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob que quiere conducir a su pueblo a la “tierra” de la libertad y de la paz. Esta “tierra” no es de este mundo; todo el diseño divino excede a la historia, pero el Señor lo quiere construir con los hombres, por los hombres y en los hombres, a partir de las coordenadas de espacio y tiempo en las que ellos viven y que Él mismo ha dado”.

“De dichas coordenadas forma parte, con su especificidad, lo que nosotros llamamos “Oriente Medio”. Esta región del mundo también la ve Dios desde una perspectiva distinta, podríamos decir “desde lo alto”: es la tierra de Abraham, Isaac y Jacob; la tierra del éxodo y del regreso del exilio; la tierra del templo y de los profetas; la tierra en la que el Hijo Unigénito nació de María, donde vivió, murió y resucitó; la cuna de la Iglesia, constituida para llevar el Evangelio de Cristo hasta los confines del mundo. Y también nosotros, como creyentes, miramos a Oriente Medio con esta mirada, desde la perspectiva de la historia de la salvación”.

“Mirar esa parte del mundo desde la perspectiva de Dios -subrayó el Papa- significa reconocer en ella la “cuna” de un diseño universal de salvación en el amor, un misterio de comunión que se cumple en la libertad y por eso pide a los hombres una respuesta. Abraham, los profetas, la Virgen María son los protagonistas de esta respuesta, que tiene su último cumplimiento en Jesucristo, hijo de esa misma tierra, pero que bajó del Cielo. De Él, de su Corazón y de su Espíritu, ha nacido la Iglesia, que es peregrina en este mundo, pero que le pertenece. La Iglesia está constituida para ser, en medio de los hombres, signo e instrumento del único y universal proyecto salvífico de Dios; cumple esta misión sencillamente siendo ella misma, es decir, “comunión y testimonio”, como reza el tema de la Asamblea sinodal que hoy se abre”.

“Sin comunión no puede haber testimonio: el gran testimonio es precisamente la vida de comunión. (...) Esta comunión es la vida misma de Dios que se comunica en el Espíritu Santo, mediante Jesucristo. Es, por tanto, un don, no algo que ante todo tenemos que construir con nuestras fuerzas. Y precisamente por esto interpela nuestra libertad y espera nuestra respuesta: la comunión nos pide siempre la conversión, como don que debe ser acogido y cumplido cada vez mejor. Los primeros cristianos, en Jerusalén, eran pocos. Nadie habría podido imaginarse lo que ocurrió después. Y la Iglesia vive siempre de esa misma fuerza que la hizo ponerse en marcha y crecer. El Pentecostés es el acontecimiento originario, pero también es un dinamismo permanente, y el Sínodo de los Obispos es un momento privilegiado en el que se puede renovar en el camino de la Iglesia la gracia de Pentecostés, con el fin de que la Buena Nueva sea anunciada con franqueza y pueda ser recibida por todas las gentes”.

“Por consiguiente, la finalidad de esta Asamblea sinodal es sobre todo pastoral. Aunque no podemos ignorar la delicada y, a veces, dramática situación social y política de algunos países, los pastores de las Iglesias en Oriente Medio desean concentrarse en los aspectos ligados a su misión. (...) La vida eclesial, fortalecida de este modo, verá producir unos frutos muy positivos en el camino ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Oriente Medio”.

“Es una ocasión propicia, además, para proseguir de forma constructiva el diálogo tanto con los judíos, con los cuales nos une de forma indisoluble la larga historia de la Alianza, como con los musulmanes. Los trabajos de la Asamblea sinodal están destinados también al testimonio de los cristianos a nivel personal, familiar y social. Esto exige que se refuerce su identidad cristiana mediante la Palabra de Dios y los Sacramentos. Todos deseamos que los fieles sientan la alegría de vivir en Tierra Santa, tierra bendecida por la presencia y por el glorioso misterio pascual del Señor Jesucristo”.

A lo largo de los siglos, esos Lugares ”han atraído a multitud de peregrinos y, también a comunidades religiosas masculinas y femeninas, que han considerado un gran privilegio poder vivir y dar testimonio en la Tierra de Jesús. A pesar de las dificultades, los cristianos de Tierra Santa están llamados a reavivar la conciencia de ser piedras vivas de la Iglesia en Oriente Medio, en los Lugares santos de nuestra salvación.

“Pero vivir de forma digna en la propia patria es, antes que nada -recordó el pontífice- un derecho humano fundamental: por ello, es necesario favorecer las condiciones de paz y justicia, indispensables para un desarrollo armonioso de todos los habitantes de la región. Todos, por lo tanto, están llamados a dar su contribución: la comunidad internacional, favoreciendo un camino fiable, leal y constructivo hacia la paz; las religiones presentes de forma mayoritaria en la región, promoviendo los valores espirituales y culturales que unen a los hombres y excluyen toda expresión de violencia”.

“Los cristianos -concluyó- seguirán dando su contribución no sólo con las obras de promoción social, como los institutos de educación y sanitarios sino, y sobre todo, con el espíritu de las Bienaventuranzas evangélicas, que anima a la práctica del perdón y la reconciliación. Con este compromiso tendrán siempre el apoyo de toda la Iglesia, como testifica de forma solemne la presencia aquí de los delegados de los episcopados de otros continentes”.
HML/ VIS 20101011 (1450)

ANGELUS: IGLESIA ORIENTE MEDIO SEA INSTRUMENTO RECONCILIACION

CIUDAD DEL VATICANO, 10 OCT 2010 (VIS).-Después de concelebrar con los Padres Sinodales la Santa Misa en la que inauguró la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, el Papa se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

En Oriente Medio, dijo el Papa, retomando el tema del Sínodo, “la única Iglesia de Cristo se expresa en toda la riqueza de sus antiguas tradiciones” y en los países que lo forman, “desgraciadamente marcados por profundas divisiones y lacerados por añejos conflictos, está llamada a ser signo e instrumento de unidad y reconciliación”.

“Esta tarea es ardua -observó el Santo Padre-, ya que los cristianos de Oriente Medio tienen que soportar a menudo condiciones de vida difíciles. (...) Pero esto no debe desalentar: precisamente en ese contexto resuena aún más necesario y urgente el perenne mensaje de Cristo: convertíos y creed en el Evangelio”.

En el mes de octubre, dedicado al Rosario, Benedicto XVI encomendó los trabajos del Sínodo a la Virgen María, “tan amada y venerada por nuestros hermanos de Oriente Medio” y “Estrella de la Esperanza (...) que acompaña siempre a los que sufren”.

“Confiamos a su intercesión la Asamblea Sinodal para que los cristianos de esa región se refuercen en la comunión y den testimonio del Evangelio del amor y de la paz”, finalizó el Santo Padre.
ANG/ VIS 20101011 (250)

PRIMERA CONGREGACION GENERAL

CIUDAD DEL VATICANO, 11 OCT 2010 (VIS).-Esta mañana, en el Aula del Sínodo, se celebró la primera Congregación General de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, presidida por el Papa.

Benedicto XVI recordó al inicio que hoy, 11 de octubre, es la memoria del beato Juan XXIII, que un día como hoy, en 1962, abrió oficialmente el Concilio Ecuménico Vaticano II.

El presidente delegado de turno, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, dirigió unas breves palabras al inicio de la sesión matutina.

A continuación, el secretario general del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Nikola Eterovic, habló de la preparación de esta Asamblea Especial, cuya convocación fue anunciada por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2009, durante el encuentro con los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias Orientales Católicas “sui iuris”.

Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto), relator general del sínodo, leyó la “Relatio ante disceptationem” (informe que precede a la discusión). Ofrecemos un resumen de su intervención:

A. LA FINALIDAD DEL SÍNODO

El doble objetivo del Sínodo ha sido bien percibido y apreciado por nuestras Iglesias:

1) Confirmar y reforzar a los cristianos en su identidad, gracias a la Palabra de Dios y a los Sacramentos.

2) Reanimar la comunión eclesial entre las Iglesias “sui iuris”, para que pueda ofrecer un testimonio de vida auténtico y eficaz. En el contexto en que vivimos, la dimensión ecuménica, el diálogo interreligioso y el aspecto misionero son parte integrante de este testimonio.

I. LA IGLESIA CATÓLICA EN EL ORIENTE MEDIO

A. LA SITUACIÓN DE LOS CRISTIANOS EN ORIENTE MEDIO

“El conocimiento de la historia del cristianismo en Oriente Medio es importante para nosotros mismos, pero también para el resto del mundo cristiano. (…) Nuestras Iglesias, bendecidas por la presencia de Cristo y los Apóstoles, fueron la cuna del cristianismo y las primeras generaciones cristianas. Por esta razón, su vocación específica es la de mantener viva la memoria de los orígenes, reforzar la fe de sus fieles y vivificar en ellos el espíritu del Evangelio, para que guíe sus vidas y sus relaciones con los demás, cristianos y no cristianos”.

“En sus países, los cristianos son “ciudadanos nativos”, miembros de pleno derecho de su comunidad civil. Están en su casa, a menudo desde hace muchísimo tiempo. Su presencia y participación en la vida del país es una riqueza preciosa, que hay que proteger y preservar. Una laicidad positiva permitiría a la Iglesia dar un aporte eficaz y fecundo, y contribuiría a reforzar la ciudadanía de todos los miembros del país, sobre la base de la igualdad y la democracia”.

“A través de la presentación de la Doctrina social de la Iglesia, nuestras comunidades ofrecen una aportación válida para la construcción de la sociedad. La promoción de la familia y la defensa de la vida deberían ocupar un lugar fundamental en la enseñanza y en la misión de nuestras Iglesias. La educación es un ámbito privilegiado para nuestra acción y una inversión de gran importancia”.

B. LOS DESAFÍOS A LOS QUE DEBEN ENFRENTARSE LOS CRISTIANOS

“Las situaciones político-sociales de nuestros países tienen repercusiones directas sobre los cristianos, que experimentan con mayor fuerza las consecuencias negativas. En los Territorios palestinos la vida es muy difícil, a veces insostenible. La posición de los cristianos árabes es muy delicada. Condenamos la violencia de cualquier proveniencia y reclamamos una solución justa y duradera del conflicto israelí-palestino, expresamos nuestra solidaridad para con el pueblo palestino, cuya situación actual favorece el fundamentalismo. Escuchar la voz de los cristianos del lugar podría ser valioso para comprender mejor la situación. El estatuto de Jerusalén debería tomar en cuenta su importancia para las tres religiones: cristiana, musulmana y judía.

“Es lamentable que la política mundial no tome en suficiente consideración la situación trágica de los cristianos en Irak, quienes son las víctimas principales de la guerra y sus consecuencias. En Líbano, una mayor unidad entre los cristianos ayudaría a asegurar más estabilidad en el país. En Egipto, sería muy ventajoso si las Iglesias coordinaran sus esfuerzos para confirmar a sus fieles en la fe y para realizar obras comunes por el bien del país. Según las posibilidades que se den en cada país, los cristianos deberán favorecer la democracia, la justicia y la paz, además de la laicidad positiva en la distinción entre religión y Estado, y el respeto de cada religión. Una actitud de compromiso positivo en la sociedad es la respuesta constructiva, ya sea para la sociedad que para la Iglesia”.

(…) La promoción de los derechos humanos exige paz, justicia y estabilidad. La libertad religiosa es un elemento esencial de los derechos del hombre. La libertad de culto es sólo un aspecto de la libertad religiosa. En la mayor parte de nuestros países está garantizada por las constituciones, Pero aun en esos casos, en algunos países, algunas leyes o prácticas limitan su aplicación. Otro aspecto es la libertad de conciencia, basada en la libre elección de la persona. Su ausencia pone trabas a la libre elección de quienes desearían adherir al Evangelio, por temor a represalias contra sí mismos y sus familias. No puede existir ni desarrollarse sino en la medida en que crece el respeto por los derechos del hombre en su totalidad e integridad. La educación en este sentido es un aporte valioso al progreso cultural del país, para una mayor justicia e igualdad ante la ley. La Iglesia Católica condena con firmeza todo proselitismo. Sería positivo discutir serenamente estas cuestiones en las estructuras e instancias para el diálogo, sobre todo dentro de cada país. Los numerosos institutos educativos de que disponen nuestras Iglesias son un instrumento privilegiado para promover esta educación. Los centros hospitalarios y de servicios sociales también constituyen un testimonio elocuente del amor al prójimo, sin distinción ni discriminación alguna. La valorización de las jornadas, los eventos y las celebraciones locales e internacionales dedicados a estos temas ayudan a difundir y reforzar esta cultura. Los medios de comunicación se deben utilizar para propagar este espíritu.

“Actualmente la emigración se ha acentuado en nuestros países. Las principales causas son: el conflicto israelí-palestino, la guerra de Irak, las situaciones políticas y económicas, el crecimiento del fundamentalismo islámico y las restricciones de las libertades y la igualdad. Los jóvenes, las personas instruidas y las personas pudientes se van en mayor número, privando a la Iglesia y al país de recursos muy valiosos”.

(…) La emigración constituye un apoyo notable a nuestros países e Iglesias. La Iglesia del país de origen debe encontrar los medios para preservar vínculos estrechos con sus fieles emigrados y asegurar su asistencia espiritual. Es indispensable asegurar la Liturgia, en su propio rito, a los fieles de las Iglesias orientales que se encuentran en territorio latino. (…) Las comunidades de la Diáspora tienen el papel de alentar y consolidar la presencia cristiana en Oriente, con la finalidad de reforzar su testimonio y apoyar sus causas, por el bien del país. Una pastoral adecuada debe ocuparse de la emigración interna del país”.

C. RESPUESTAS DE LOS CRISTIANOS EN LA VIDA COTIDIANA

II. LA COMUNIÓN ECLESIAL

“La diversidad en la Iglesia Católica, lejos de atentar a su unidad, la valoriza. (…)

A. COMUNIÓN EN LA IGLESIA CATÓLICA Y ENTRE LAS DISTINTAS IGLESIAS

“Los signos principales que manifiestan la comunión en la Iglesia Católica son: el Bautismo, la Eucaristía y la comunión con el Obispo de Roma, Corifeo de los Apóstoles (hâmat ar-Rusul). El Código de las Iglesias Orientales reglamenta los aspectos canónicos de esta comunión, acompañada y asistida por la Congregación para las Iglesias Orientales y los distintos Dicasterios romanos.

Entre las Iglesias católicas de Oriente Medio la comunión se manifiesta a través del Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente (C.P.C.O.)”.

III. EL TESTIMONIO CRISTIANO

A. TESTIMONIAR EN LA IGLESIA: LA CATEQUESIS

“La acción catequética no puede limitarse, hoy en día, a la sola transmisión oral. Son indispensables los medios activos. (…) Los nuevos medios de comunicación son muy eficaces para anunciar el Evangelio y testimoniarlo. Nuestras Iglesias necesitan personas especializadas en estos ámbitos. (…) La catequesis debe tener en cuenta el contexto conflictivo de los países de la región. Debe consolidar a los fieles en la fe y formarlos para vivir el mandamiento del amor y para ser artífices de la paz, la justicia y el perdón. El compromiso en la vida pública es un deber que imponen el testimonio y la misión de construir el Reino de Dios. Todo ello requiere una formación para superar el confesionalismo, el sectarismo y las hostilidades internas, para ver el rostro de Dios en cada persona y colaborar conjuntamente para construir un futuro de paz, estabilidad y bienestar”.

B. UNA LITURGIA RENOVADA Y FIEL A LA TRADICIÓN (70-75)

(…) En nuestras Iglesias orientales, la Divina Liturgia está en el centro de la vida religiosa. Desempaña un papel importante custodiando la identidad cristiana, reforzando la pertenencia a la Iglesia, vivificando la vida de fe y suscitando la atención de quienes se encuentran lejos e incluso de quienes no creen. Es decir, constituye un anuncio y un testimonio importantes de una Iglesia que reza y no sólo obra”.

C. EL ECUMENISMO

“La acción ecuménica requiere comportamientos adecuados: la oración, la conversión, la santificación y el intercambio recíproco de dones, en un espíritu de respeto, amistad, caridad recíproca, solidaridad y colaboración. Estas actitudes deben ser cultivadas y alentadas a través de la enseñanza y los distintos medios de comunicación. El diálogo es un instrumento esencial del ecumenismo. Exige una actitud positiva de comprensión, escucha y apertura al otro. Todo ello contribuirá a la superación de las desconfianzas y a trabajar juntos para desarrollar los valores religiosos y colaborar en los proyectos de utilidad social. Los problemas comunes deben ser abordados de forma conjunta”.

D. RELACIONES CON EL JUDAÍSMO

“El conflicto israelí-palestino tiene repercusiones en las relaciones entre Cristianos y Judíos. En varias ocasiones, la Santa Sede ha expresado claramente su posición, en especial en ocasión de la visita del Papa Benedicto XVI a Tierra Santa en el año 2009.

“Nuestras Iglesias rechazan el antisemitismo y el antijudaísmo. Las dificultades en las relaciones entre los pueblos árabes y el pueblo judío se deben sobre todo a la situación de conflicto. Distinguimos la realidad religiosa de la realidad política. (…) La lectura del Antiguo Testamento y la profundización de las tradiciones del judaísmo ayudan a conocer mejor la religión judía. Ofrecen un terreno común para estudios serios y contribuyen a un mejor conocimiento del Nuevo Testamento y de las Tradiciones orientales. En el contexto actual se presentan otras posibilidades de colaboración”.

E. LAS RELACIONES CON LOS MUSULMANES

(…). Las razones para tejer relaciones entre cristianos y musulmanes son múltiples. Todos son conciudadanos, comparten el mismo idioma y la misma cultura y, asimismo, las alegrías y los sufrimientos. Además, los cristianos tienen la misión de vivir como testigos de Cristo en sus sociedades. Desde su surgimiento, el Islam ha encontrado raíces comunes con el Cristianismo y el Judaísmo, como ha mencionado el Santo Padre. Es necesario valorizar mejor la literatura árabe cristiana.

“El Islam no es uniforme: presenta una diversidad confesional, cultural e ideológica. Dificultades en las relaciones entre cristianos y musulmanes surgen del hecho que, en general, los musulmanes no distinguen entre religión y política. Es ésta la fuente del malestar de los cristianos, porque se sienten en una situación de no ciudadanos, aunque se encuentren en su patria, en sus países desde mucho antes que el Islam. Necesitamos un reconocimiento que pase de la tolerancia a la justicia y la igualdad, basado en la ciudadanía, la libertad religiosa y los derechos humanos”.

“Es necesario purificar los libros escolares de todo prejuicio con referencia al otro y de toda ofensa o deformación. Se intentará más bien entender el punto de vista del otro, en el respeto de las creencias y las prácticas distintas”.

F. EL TESTIMONIO EN LA SOCIEDAD

“Todos los ciudadanos de nuestros países deben enfrentarse juntos a dos desafíos principales: la paz y la violencia. Las situaciones de guerra y conflicto que vivimos generan violencia y son explotadas por el terrorismo mundial. Occidente es identificado con el Cristianismo y las decisiones de sus Estados son atribuidas a la Iglesia. En cambio, actualmente sus gobiernos son laicos y cada vez más se oponen a los principios de la fe cristiana. Es importante explicar esta realidad y el sentido de una laicidad positiva, que distingue lo político de lo religioso”.

“En nuestras sociedades, la influencia de la modernización, la globalización y el laicismo tiene repercusiones sobre nuestros cristianos. (…) La igualdad de los ciudadanos está afirmada en todas las Constituciones. Pero, en los Estados con mayoría musulmana, el Islam es, excepto en pocos casos, la religión de Estado y la sharia es la fuente principal de la legislación. En algunos países o regiones se aplica a todos los ciudadanos. (…) La libertad de culto está reconocida, pero no la libertad de conciencia. Con la expansión del integralismo, los ataques contra los cristianos se multiplican”.

G. CONTRIBUCIÓN ESPECÍFICA E INSUSTITUIBLE DEL CRISTIANO

“La aportación específica del cristiano a su sociedad es insustituible. Con su testimonio y su acción, enriquece los valores que Cristo ha aportado a la humanidad. Muchos de estos valores son comunes a los de los musulmanes, lo cual ofrece la posibilidad y el interés para promoverlos en común. La catequesis debe formar creyentes que sean ciudadanos activos. El compromiso social y político desprovisto de los valores del Evangelio es un testimonio en contra de ellos”.

“El servicio a los demás, y no la pertenencia confesional, es el elemento que caracteriza nuestra identidad como cristianos. Nuestra tarea primordial es vivir la fe, dejar que hablen nuestras acciones, vivir la verdad y proclamarla en la caridad, con coraje, y practicar la solidaridad en nuestras instituciones. Debemos vivir una fe adulta, no superficial, sostenida y vivificada por la oración. Nuestra credibilidad exige la concordia en el seno de la Iglesia, la promoción de la unidad entre los cristianos, una vida religiosa convencida y que ello se traduzca concretamente en la vida. Este testimonio elocuente requiere educación y acompañamiento permanente a niños, jóvenes y adultos”.

CONCLUSIÓN

A. )QUÉ FUTURO PARA LOS CRISTIANOS DE ORIENTE MEDIO?

“Los contextos actuales son fuente de dificultades y preocupación. Animados por el Espíritu Santo y guiados por el Evangelio, nos enfrentamos a ellas con la esperanza y la confianza filial en la Divina Providencia. Hoy somos un “pequeño resto”, pero nuestro comportamiento y nuestro testimonio pueden hacer de nosotros una presencia que cuenta en estos contextos. (…) Frente a la tentación del desánimo, debemos recordar que somos siempre discípulos de Cristo resucitado, que ha vencido el pecado y la muerte”.

B. LA ESPERANZA

“Nuestras Iglesias necesitan creyentes testigos, ya sea a nivel de los pastores que de los fieles. El anuncio de la Buena Noticia no puede ser fecundo si los obispos, los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los laicos no están inflamados por el amor de Cristo e iluminados por el celo de darlo a conocer y amar. Confiamos en que este Sínodo no será un mero evento pasajero, sino que permitirá realmente que el Espíritu ponga en movimiento a nuestras Iglesias”.
SE/ VIS 20101011 (2540)

EL PAPA RECIBE AL PRESIDENTE DE CROACIA

CIUDAD DEL VATICANO, 9 OCT 2010 (VIS).-La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público este mediodía el siguiente comunicado:

“Esta mañana, el Santo Padre ha recibido al Presidente de la República de Croacia, Ivo Josipović, que posteriormente se ha encontrado con el cardenal Tarcisio Bertone, acompañado por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.

Durante los coloquios cordiales ha habido un fructífero intercambio de opiniones sobre temas relacionados con la actual coyuntura de la región, con una especial referencia a la situación de los croatas en Bosnia Herzegovina.

También se ha hablado de algunos aspectos de la situación en Croacia, sobre la contribución de la Iglesia al desarrollo cultural y espiritual, el camino del país hacia la plena integración en la Unión Europea y la importancia de que ésta mantenga su propia identidad cristiana”.
OP/ VIS 20101011 (150)

LAS IGLESIAS ORIENTALES CATOLICAS DEBEN ALIMENTAR SUS PROPIAS TRADICIONES

CIUDAD DEL VATICANO, 9 OCT 2010 (VIS).-El Papa recibió este mediodía a los participantes en el Congreso de Estudios con motivo del XX aniversario de la promulgación del Código de Cánones de las Iglesias Orientales.

Este aniversario, dijo el Santo Padre, “es una ocasión para examinar en qué medida el Código ha tenido efectivamente fuerza de ley para todas las Iglesias orientales católicas “sui iuris” y cómo se ha traducido en la actividad de la vida cotidiana de las Iglesias orientales, así como el grado en que la potestad legislativa de cada Iglesia “sui iuris” se ha preocupado de promulgar el propio derecho particular, teniendo en cuenta las tradiciones del propio rito y las disposiciones del Concilio Vaticano II”.

“Los temas del congreso, divididos en tres aspectos: la historia, las legislaciones particulares, las perspectivas ecuménicas, indican un proceso muy importante para seguir en este examen”.

Benedicto XVI subrayó que “los cánones sagrados de la Iglesia antigua, que inspiran la actual codificación oriental, estimulan a todas las Iglesias orientales a conservar su identidad, que es al mismo tiempo oriental y católica. Para mantener la comunión católica, las Iglesias orientales católicas no tenían en absoluto la intención de renegar la fidelidad a su tradición. Como se ha recordado en varias ocasiones, la ya realizada unión plena de las Iglesias orientales católicas con la Iglesia de Roma no debe suponer para ellas una disminución en la conciencia de la propia autenticidad y originalidad. Por tanto, todas las Iglesias orientales católicas tienen la tarea de conservar el patrimonio común disciplinar y alimentar sus propias tradiciones, riqueza para toda la Iglesia”.

“Los mismos cánones sagrados de los primeros siglos de la Iglesia –continuó-, son en gran medida el mismo y fundamental patrimonio de disciplina canónica que regula también las Iglesias ortodoxas. Por tanto, las Iglesias orientales católicas pueden ofrecer una contribución única e importante al camino ecuménico”.

El Papa terminó poniendo de relieve que “en el ámbito del compromiso actual de la Iglesia para una nueva evangelización, el derecho canónico, como ordenamiento peculiar e indispensable de la unidad eclesial, no dejará de contribuir eficazmente a la vida y a la misión de la Iglesia en el mundo, si todos los miembros del Pueblo de Dios saben interpretarlo sabiamente y aplicarlo con fidelidad”.
AC/ VIS 20101011 (390)

AUDIENCIAS

CIUDAD DEL VATICANO, 11 OCT 2010 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencias separadas:

-Arzobispo Joseph William Tobin, C.Ss.R., secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, con sus familiares.

-Arzobispo Giorgio Lingua, nuncio apostólico en Jordania e Irak, con sus familiares.

-Obispo Ignacio Carrasco de Paula, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, con sus familiares.

-Obispo Enrico Dal Covolo, S.D.B., Rector magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense, con sus familiares.

El pasado sábado, 9 de octubre, el Papa recibió en audiencias separadas:

-Cardenal Francis Eugene George, O.M.I., arzobispo de Chicago, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, con el obispo Gerald Frederick Kicanas, de Tucson, y los monseñores David J. Malloy y Ronny Jenkins, respectivamente vicepresidente, secretario general y secretario general adjunto del mismo organismo.

-Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos.
AP/ VIS 20101011 (150)

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 11 OCT 2010 (VIS).-El Santo Padre nombró:

-Arzobispo Cesare Nosiglia, arzobispo metropolitano de Turín (superficie 3.350, población 2.098.713, católicos 1.941.913, sacerdotes 1.157, religiosos 4.368, diáconos permanentes 135) en Italia. El arzobispo Nosiglia era hasta ahora obispo de Vicenza (Italia) y sucede al cardenal Severino Poletto, cuya renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis fue aceptada por límite de edad.

-Don Emidio Cipollone arzobispo de Lanciano-Ortona (superficie 305, población 93.764, católicos 91.890, sacerdotes 60, religiosos 120, diáconos permanentes 8) en Italia. El arzobispo electo nació en 1960 en Cese di Avezzano (Italia), fue ordenado sacerdote en 1984 y hasta ahora era director espiritual del Seminario Regional San Pío X de Chieti (Italia). Sucede al arzobispo Carlo Ghidelli, cuya renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis fue aceptada por límite de edad.

-Padre Odelir José Magri, M.C.C.J., obispo de Sobral (superficie 18.920, población 908.000, católicos 769.000, sacerdotes 57, religiosos 128) en Brasil. El obispo electo nació en 1963 en Campo Erê (Brasil), pronunció los votos en 1988, fue ordenado sacerdote en 1992 y hasta ahora era vicario general de los Padres Combonianos en Roma.

-Christoph Graf subcomandante de la Guardia Suiza Pontificia. El nuevo subcomandante era hasta ahora capitán del mismo cuerpo.
NER:RE:NA/ VIS 2001011 (210)
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