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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 28 de mayo de 2008

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 28 MAY 2008 (VIS).-El Santo Padre nombró:

-Don Francisco de Assis Dantas de Lucena obispo de Guarabira (superficie 4.553, población 420.000, católicos 357.000, sacerdotes, 38, religiosos 69, diáconos permanentes 5) en Brasil. El obispo electo nació en 1963 en Jardim do Seridó (Brasil), fue ordenado sacerdote en 1991 y hasta ahora era párroco de San Francisco de Asís en Lagoa Nova (Brasil).

-Padre Irineu Gassen, O.F.M., obispo de Vacaria (superficie 15.932, población 206.900, católicos 187.600, sacerdotes 52, religiosos 223, diáconos permanentes 1) en Brasil. El obispo electo nació en 1942 en Santa Cruz do Sul (Brasil), hizo la profesión solemne en 1966, fue ordenado sacerdote en 1968 y hasta ahora era párroco de Sao Joao Batista en Caxias do Sul (Brasil).
NER/.../DANTAS DE LUCENA:GASSEN                VIS 20080528 (130)

EL SERVICIO DE LA AUTORIDAD Y LA OBEDIENCIA

CIUDAD DEL VATICANO, 28 MAY 2008 (VIS).-La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha publicado hoy la Instrucción "El Servicio de la autoridad y la obediencia", que se ha presentado esta mañana a una asamblea de los superiores y superioras generales en el Salesianum de Roma.

  "El texto -dice un comunicado del dicasterio- afronta ante todo la temática de la obediencia religiosa (...) encuadrada como una búsqueda de Dios y de su voluntad propia del creyente. (...) La obediencia cristiana y religiosa no se configura, antes que nada o sencillamente, como una ejecución de leyes o de disposiciones eclesiásticas o religiosas, sino como una etapa del camino en busca de Dios, que pasa a través de la escucha de su Palabra, la toma de conciencia de su proyecto de amor, la experiencia fundamental de Cristo, el obediente por amor hasta la muerte de cruz".

  "La autoridad en la vida religiosa se enmarca, por lo tanto, como ayuda a la comunidad  (o al instituto) para buscar y cumplir la voluntad de Dios. La obediencia no se justifica, por tanto, a partir de la autoridad religiosa, ya que todos en la comunidad religiosa, en primer lugar la autoridad, están llamados a obedecer. La autoridad se pone al servicio de la comunidad para buscar y realizar juntos  la voluntad de Dios".

  "El tema de la autoridad religiosa -especifica el comunicado- se encuadra dentro del compromiso común de la obediencia, (...) el tema que abre y cierra el documento". La Instrucción aborda también "la delicada cuestión de las "obediencias difíciles", es decir aquellas en las que lo se que pide al religioso o a la religiosa resulta particularmente gravoso o aquellas donde el que debe obedecer piensa que hay "cosas mejores y más útiles para su alma de las que le ordena el superior. (...) El documento menciona también la posible "objeción de conciencia" en quien debe obedecer, avalándose de un texto todavía actual de Pablo VI".

  "La Instrucción pretende recordar, sobre todo, que la obediencia en la vida religiosa puede también dar lugar a momentos difíciles y situaciones de sufrimiento en las que es necesario pensar en el Obediente por excelencia, Cristo. (...) Por otra parte, se afirma que también la autoridad puede ser "difícil" y llevar a momentos de desaliento o cansancio que pueden desembocar en comportamientos de renuncia o descuido a la hora de ejercer una guía adecuada (...) de la comunidad".

  "La referencia a la conciencia ayuda a concebir la obediencia no meramente como una ejecución de órdenes pasiva y sin responsabilidad, sino como un asumir de forma responsable compromisos que (...) son actuación concreta de la voluntad de Dios".

  "Si el documento contiene una exhortación a la obediencia, serena y motivada en la fe, también ofrece un amplio y articulado conjunto de indicaciones para el ejercicio de la autoridad", como "la invitación a la escucha, a favorecer el diálogo, la división, la corresponsabilidad, (...) a tratar con misericordia a las personas confiadas".

  La Instrucción "otorga un relieve particular a la comunidad religiosa como lugar donde, bajo la guía del superior y la superiora, se ejerce un "discernimiento comunitario" respecto a las decisiones a tomar. Esta praxis, para la que se ofrecen importantes indicaciones, no elimina, sin embargo, la tarea propia de la autoridad. (...) No se debe olvidar, por otra parte, que la autoridad más alta dentro de los Institutos religiosos reside por tradición antigua en el Capítulo general (o reuniones análogas), que es un organismo de carácter colegial".
CIS/INSTRUCCION:OBEDIENCIA:AUTORIDAD/...        VIS 20080528 (600)


GREGORIO MAGNO: HOMBRE DE DIOS, AL SERVICIO DEL PROJIMO

CIUDAD DEL VATICANO, 28 MAY 2008 (VIS).-En la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre san Gregorio, que fue Obispo de Roma entre el 590 y el 604, "y que mereció de la tradición el título de "Magnus", Grande".

  Gregorio, afirmó el Santo Padre, "fue realmente un gran Papa y un gran Doctor de la Iglesia". Nació en Roma en el 540, en el seno de una familia rica, noble, que se distinguía por su "fe cristiana y por sus servicios a la Sede Apostólica".

  Benedicto XVI recordó que san Gregorio entró en la administración pública y "en el 572 llegó a ser Gobernador de Roma. (...) Sin embargo, esta vida no le satisfizo y al poco tiempo decidió dejar este cargo civil y se retiró a su casa para iniciar la vida monacal". De este modo, "adquirió un profundo conocimiento de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia, del que se sirvió después en sus obras".

  Debido a su experiencia y a sus cualidades, el Papa Pelagio II lo nombró diácono y lo envió como su embajador a Constantinopla, "con el fin de superar los últimos residuos de la controversia monofisita y sobre todo obtener el apoyo del emperador para contener la presión de los longobardos". Tras varios años, "el Pontífice lo llamó a Roma y lo nombró su secretario". Cuando Pelagio II murió, Gregorio le sucedió en la Sede de San Pedro. Era el año 590".

  El Santo Padre señaló que del pontificado de Gregorio "se conserva una amplia documentación gracias al Registro de sus cartas, unas 800. (...) Entre los problemas que afligían en aquel tiempo Italia y Roma había uno de particular relieve, tanto en ámbito civil como eclesial: la cuestión de los longobardos". Para afrontarla, "estableció con ellos relaciones de fraternidad en vista de una paz futura fundada en el respeto recíproco y en la convivencia serena entre italianos, imperiales y longobardos".

  Tras afirmar que la negociación con el rey longobardo Agilulfo "desembocó en un período de tregua que duró unos tres años (598-601), después de los cuales fue posible estipular en el 603 un armisticio más estable", el Papa resaltó que esto se debió también "gracias a los contactos paralelos que mantenía Gregorio con la reina Teodolinda, que era bávara y católica". Ella "consiguió conducir poco a poco al rey al catolicismo, preparando así el camino a la paz. La historia de esta reina constituye -aseguró- un bonito testimonio sobre la importancia de las mujeres en la historia de la Iglesia".

  "San Gregorio -continuó- también fue un activo protagonista de una variada actividad social. Con las rentas del patrimonio conspicuo que la Sede romana poseía en Italia, especialmente en Sicilia, compró y distribuyó grano, socorrió a los necesitados, ayudó a sacerdotes, monjes y monjas que vivían en la indigencia, pagó rescates de ciudadanos hechos prisioneros por los longobardos, compró armisticios y treguas".

  El Papa puso de relieve que "san Gregorio desarrolló esta intensa actividad a pesar de su precaria salud, que le obligaba a menudo a guardar cama. (...) No obstante las condiciones dificilísimas en las que tuvo que actuar, logró conquistar, gracias a la santidad de la vida y a la rica humanidad, la confianza de los fieles, consiguiendo para su tiempo y para el futuro resultados realmente grandiosos".

  "Era un hombre inmerso en Dios: en el fondo de su alma estaba siempre vivo el deseo de Dios, y precisamente por eso estaba siempre muy cercano al prójimo, a las necesidades de la gente de su tiempo. En un tiempo desastroso, es más, sin esperanza, supo crear paz y dar esperanza. Este hombre de Dios nos muestra -concluyó- dónde están las verdaderas fuentes de la paz, de dónde viene la verdadera esperanza y de este modo es una guía también hoy para nosotros".
AG/SAN GREGRIO MAGNO/...                        VIS 20080528 (660)


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