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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 8 de noviembre de 2006

DIOS DEBE OCUPAR EL CENTRO DE NUESTRA VIDA

CIUDAD DEL VATICANO, 8 NOV 2006 (VIS).-Hoy se hizo pública la homilía pronunciada por el Papa durante la misa concelebrada ayer por la mañana en la Capilla "Redemptoris Mater" del Vaticano con los obispos suizos.

  El discurso del Santo Padre durante el encuentro con los prelados suizos, del que el VIS ofreció ayer una síntesis, no fue pronunciado. "Era -se lee en una comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede difundido ayer por la tarde- el contenido de un borrador preparado precedentemente en relación con la visita "ad limina" de los obispos suizos que tuvo lugar en 2005".

  Comentando las lecturas de la misa de ayer martes, Benedicto XVI dijo en la homilía improvisada en alemán que "tienen un tema en común que se podría resumir con la frase: Dios no fracasa".

  Refiriéndose concretamente al Evangelio, que narra la parábola de los invitados al gran banquete y que deciden no acudir, el Santo Padre señaló que a pesar de todo, "Dios no fracasa porque halla siempre nuevos modos para llegar a los hombres y para abrir más su gran casa, para que se llene del todo. (...) Dios no fracasa ni siquiera hoy, aunque experimentemos tantos "no". (...) Sabemos que las Iglesias están cada vez más vacías, los seminarios siguen vaciándose, lo mismo que las casas religiosas; conocemos todas las formas en las que se presenta este "no, tengo otras cosas más importantes que hacer".

  El Papa invitó con San Pablo a "tener los mismo sentimientos de Cristo"; "aprender a pensar como El y con El. Es un pensar no solo del intelecto, sino también del corazón. (...) Si entramos en sus sentimientos (...) se despierta en nosotros el amor por El. Sentimos qué hermoso es que El exista y que podemos conocerle, que lo conocemos en el rostro de Jesucristo, que ha sufrido por nosotros".

  "Pienso que tenemos que esforzarnos -continuó-, sobre todo en la escucha de la Palabra del Señor, en la oración, en la participación íntima en los sacramentos, en aprender los sentimientos de Dios en el rostro y en los sufrimientos de los seres humanos, para contagiarnos de esta manera de su alegría, de su entrega, de su amor y para mirar con El, y partiendo de El, el mundo. Si logramos hacer esto, entonces también en medio de tantos "no" encontramos de nuevo a los hombres que le esperan y que a menudo quizá son extraños -la parábola lo dice claramente-, pero que de todas formas están llamados a entrar en su sala". 

  El Santo Padre concluyó poniendo de relieve que los problemas "no se resuelven si Dios no se pone en el centro, si Dios no se hace visible nuevamente en el mundo, si no llega a ser determinante en nuestra vida y si no entra, a través de nosotros, de modo determinante en el mundo. Pienso que en esto se decide hoy el destino del mundo en esta situación dramática: si Dios -el Dios de Jesucristo- existe y es reconocido como tal, o si desaparece. Nosotros nos preocupamos de que esté presente".
HML/IMITAR CRISTO/...                        VIS 20061108 (540)


CRISTO ES EL APICE DE LA HISTORIA DE LA SALVACION


CIUDAD DEL VATICANO, 8 NOV 2006 (VIS).- En la audiencia general de los miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, y a la que asistieron más de 15.000   personas, Benedicto XVI prosiguió la catequesis sobre la figura de San Pablo.

  El encuentro con Jesús  en el camino de Damasco, explicó el Papa, "revolucionó literalmente la vida de San Pablo. Cristo pasó a ser su razón de ser y el motivo profundo de toda su actividad apostólica (...) En realidad Jesucristo es el ápice de la historia de la salvación y por tanto el verdadero punto discriminante en el diálogo con las otras religiones".

"Pablo nos ayuda a comprender el valor fundamental e  insustituible de la fe", dijo el Santo Padre y citó las palabras del apóstol: "Hemos creído en Jesucristo para ser justificados por la fe y no por las obras de la Ley". "Ser justificados, significa ser justos, es decir ser acogidos por la justicia misericordiosa de Dios y (..:) establecer una relación más auténtica con nuestros hermanos".

  A la luz del encuentro con Cristo, Pablo, que no había vivido lejos de la Ley, entendió que hasta entonces "había querido construir (...) su propia justicia y que con esta justicia había vivido para sí mismo. Comprendió que debía dar una nueva orientación a su vida (...) frente a la Cruz de Cristo, expresión extrema de su entrega, ninguno puede enorgullecerse de sí, ni de la propia justicia".
 
  "Tras haber reflexionado  sobre lo que significa justificación no por las obras, sino por la fe -prosiguió el Papa- llegamos al segundo elemento que define la identidad cristiana (...) que tiene dos características: no buscarse a sí mismo, sino (...) entregarse con Cristo y (...) compenetrarse con El hasta compartir su muerte y su vida"

  "Para Pablo no basta decir que los cristianos son bautizados o creyentes: para El  comporta estar "en Cristo Jesús" (..:) Lo que somos como cristianos se lo debemos a El y a su gracia. Ya que ningún otro puede ocupar su lugar  a nada y a ningún otro rendimos nuestra devoción. Ningún ídolo debe contaminar nuestro universo espiritual, porque de ser así, en vez de gozar de la libertad adquirida recaeríamos en formas  de esclavitud humillante (...) Nuestra pertenencia radical a Cristo y el hecho de que estemos "en El", debe infundirnos una actitud de confianza total".
AG/PABLO/...   VIS 20061108 (400)


EL MUNDO NECESITA URGENTEMENTE LA PAZ

CIUDAD DEL VATICANO, 8 NOV 2006 (VIS).-    En sus saludos al final de la audiencia general, el Papa se dirigió en especial a los jóvenes de diversas naciones y tradiciones religiosas que se han reunido recientemente en Asís (Italia) para conmemorar el XX aniversario del encuentro interreligioso de oración por la paz, deseado por Juan Pablo II.

  El Santo Padre dio las gracias a los diferentes líderes religiosos "que han permitido a los jóvenes participar en este evento, y al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que lo ha organizado".

  "Queridos jóvenes amigos: ¡nuestro mundo -exclamó- necesita urgentemente la paz!  El encuentro de Asís resaltó el poder de la oración en la construcción de la paz. La oración auténtica transforma los corazones, nos abre al diálogo, la comprensión y reconciliación, y rompe las barreras levantadas por la violencia, el odio y la venganza. Regresad ahora a vuestras propias comunidades religiosas como testigos del "espíritu de Asís", mensajeros de aquella paz que es un don generoso de Dios y signos vivos de la esperanza para nuestro mundo".
AG/PAZ/ASIS                            VIS 20061108 (180)


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